VIERNES 19 DE OCTUBRE DE 1973, EL DÍA QUE LOS NIÑOS DE PALACÉS TUVIMOS LA SUERTE DE NO IR AL COLEGIO.
Eran las 8 de la mañana de un viernes cualquiera de octubre cuando los niños de Palacés nos levantamos para ir al colegio, como todos los días desde que en 1969 se suprimió la Escuela Nacional de Enseñanza Primaria de Palacés, los niños palaceros íbamos al Colegio Juan Andrés Toledo de Zurgena. Durante la noche había llovido levemente, pero los nubarrones no presagiaban un buen día. Como cada jornada preparamos nuestras carteras del colegio y nos dirigimos al Camino Real donde aguardábamos al autocar de Paco de Doña Elo. Esperamos un buen rato y comprobamos que como siempre que llovía, el autobús no había podido pasar por el camino de tierra que venía desde Zurgena por el campo de fútbol hasta Palacés, sobre todo por la subida de la Cuesta de las Piedras donde se hacía imposible su paso debido al barro acumulado. Cansados de esperar, cada niño se dirigió a su casa a descargarnos la cartera y disponernos a jugar al fútbol o a cualquier juego que se nos ocurriera.
No pudimos disfrutar mucho tiempo de nuestros juegos, ya que sobre las 12 de la mañana el día se oscureció como si fuera de noche y comenzó una tormenta espantosa. En Palacés aunque ya teníamos luz eléctrica, nos quedamos sin ella cuando sonaron los primeros truenos, los relámpagos eran tan continuos que no hizo falta encender los quinqués. A la vez que tronaba de manera ensordecedora, comenzó una cortina de lluvia acompañada de viento que no permitía ver a más de dos metros…
 |
(C) La Gaceta de Almería. 18-10-2020 |
Durante estos primeros años de la década de los 70 en Palacés apenas había hombres, la gran mayoría habían emigrado a Alemania, así que las mujeres eran las que se encargaban de todas las tareas de la casa, tanto de las propias del hogar, como del pago, el campo, la ganadería, etc. Ante el auténtico pánico que suscitaba la tormenta y la lluvia ensordecedora los vecinos de los Cortijos Altos nos refugiamos en la casa de la tía Dolores la Pinilla, allí con el miedo en el cuerpo, pasamos las interminables horas de negror sentados quietos en las sillas de anea, mientras la dueña de la casa tiraba sal y las tenazas de la lumbre a la calle de tierra para espantar la nube; nada de esto fue eficiente, cuando daba un poco de tregua, desde la puerta veíamos como el río Almanzora iba comiéndose parte del pago de Palacés, y el agua turbia subía cada vez más en la orilla de Overa haciendo desaparecer la defensa de su pago.
Esa tarde continuó lloviendo sin parar hasta llegar la noche; a la mañana siguiente pudimos ir a la era de los Capeles, para comprobar que la rambla de Almajalejo pugnaba por desembocar en el río haciendo unos enormes caballones sobre él, la unión de esta con el río estaba haciendo desaparecer las partes bajas de los pagos a ambas orillas del Almanzora, y arrastraba gran cantidad de objetos sobre sus aguas.
Palacés permaneció aislada durante varias semanas, era imposible salir en cualquier dirección ya que todos los caminos eran de tierra, y aún no teníamos teléfono, sólo nos llegaban noticias por algún atrevido que llegó hasta Zurgena andando, así pudimos saber que las casas de la parte baja de nuestro pueblo habían sido destruidas debido al tapón de la rambla y que habían desaparecido varias personas, entre ellas Pedro y Julia, las dos personas a las que les comprábamos las chuches donde tomábamos el autocar de vuelta hacia Palacés.
 |
| (C) La Gaceta de Almería. 18-10-2020 |
Junto a la rambla del Camposanto estaba el colegio donde los palaceros íbamos a estudiar la EGB y el comedor donde comíamos, ambos casi desaparecieron, os dejamos unas fotos de “La Gaceta de Almería” (18/10/2020) donde se puede apreciar como quedaron el comedor y las aulas donde hubiéramos estado los niños de Palacés comiendo o estudiando cuando se produjo la subida de 14 m. de las aguas del río Almanzora y el tapón con la rambla.
 |
| (C) La Gaceta de Almería. 18-10-2020 |
No sabemos exactamente la cantidad de litros por metro cuadrado que cayeron en Zurgena y Palacés, ya que los pluviómetros solo pudieron medir hasta su capacidad máxima: 600 l/m², pero los meteorólogos piensan que se podría haber llegado a los 730 l/m². Aún así, los 600 l/m², se mantuvieron hasta hace unos años como récord de precipitaciones en España.
 |
(C) La Gaceta de Almería. 18-10-2020 |
Deseamos que esta catástrofe nunca más vuelva a ocurrir en nuestra población y en ninguna otra, pero las administraciones deberían hacer un esfuerzo mayor por mantener limpios los cauces de ríos, ramblas y barrancos para que estos fluyan sin obstáculos hacia el mar.
(C) ANDRÉS SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ 2022