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lunes, 20 de febrero de 2023

BÁRBAROS, VISIGODOS Y BIZANTINOS EN PALACÉS: SIGLOS V-VIII

1. ANTECEDENTES.

    Las épocas que estudiaremos en esta entrada corresponden a la tardorromana (411/420-531 d.C.) siglos V-VI, y a la antigüedad tardía (531-713 d.C.) siglos VI-VIII en la Península Ibérica y más concretamente en el valle del Almanzora, y por tanto en Palacés.
    En España la época tardorromana comienza con la llegada de los bárbaros (suevos, vándalos y alanos) en 411 para repartirse Hispania, y termina con el establecimiento de los visigodos en el 531. Desde este año hasta la llegada de los musulmanes se le llama antigüedad tardía, pasando por la dominación visigoda y bizantina.
    Debido a la falta de estudios sistemáticos y prospecciones arqueológicas, el valle del Almanzora, es una zona oscura donde el historiador debe guiarse por los escritos de los autores clásicos, más interesados en divulgar, desde su punto de vista, los hechos acaecidos en su época, que de describir fehacientemente la situación social y política del periodo. Palacés es un punto y aparte en esta historia, el único que llegó a hacer algún estudio y excavación sobre nuestra barriada, fue Luis Siret y su capataz Pedro Flores; a partir de entonces, sólo tenemos algún estudio sistemático de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, por cierto, muy superficial, y las historias difuminadas de nuestros mayores. Por tanto, esta va a ser una historia de suposiciones.

2. PALACÉS ENTRE LOS SIGLOS V-VI d.C. (E. Tardorromana)

2.1. Romanos y alanos.

    La presencia del Imperio Romano en el sureste de Hispania se remonta al 209 a.C., cuando el ejército romano de Escipión toma la ciudad de Carthago Nova, y conquista el territorio circundante, asediando la ciudad de Baria (Villaricos). Utilizando el valle del Almanzora, pasan por Tagili (Tíjola) y la Hoya de Baza para ir a las tierras del Alto Guadalquivir(1). Desde esta fecha la dominación romana pasó por diferentes etapas, republicana, altoimperial y bajoimperial, que en lo referente a Palacés, lo describimos en la entrada “Púnicos y romanos en Palacés”(2). En la última etapa, el bajoimperio, el modelo de ocupación del territorio tiende a la reestructuración del poblamiento, iniciándose un proceso de ruralización con expansión del latifundismo, fortificación de las ciudades y aparición de nuevos lugares en altura(1).
    En el siglo II d.C. en Palacés se produce la fundación del asentamiento “Llano de la Era-2” vinculado al crecimiento del asentamiento anterior, "Torrecica/Los Correos"(2). El yacimiento tiene registros arqueológicos desde los inicios del siglo II d.C. hasta el primer cuarto del siglo V d.C., compuestos por fragmentos de Terra Sigillata Africana y cerámica de cocina norteafricana(1).

Hispania 409-426
(C) https://arrecaballo.es/edad-antigua/suevos-vandalos-y-alanos/los-suevos-en-hispania/

    Según parece, la provincia Cartaginense en la que estaba enclavada Palacés desde la división de Hispania de Diocleciano en 298, se mantiene en una estable y pacífica zona hasta tiempos del emperador de occidente Honorio (395-423). En el 406, los bárbaros inician sus movimientos en el norte de las Galias, agravándose los problemas para el emperador cuando, Constantino III (407-411), general romano de la Britania, se autoproclama emperador en 407(3). Constantino envió a Hispania gobernadores que fueron aceptados por las provincias(4). Dos miembros de la aristocracia hispana: Dídimo y Veriniano, organizan un ejército para defender sus territorios de la amenaza bárbara(5). Los hermanos se dirigieron en 408 hacia los Pirineos, pero Constantino envía a su hijo Constante y al general Geroncio, derrotándoles(4). Entre septiembre y octubre del 409(5) los honoriaci, bárbaros aliados de Constantino destacados en la frontera, dejan pasar a los suevos, vándalos y alanos por los Pirineos, entrando en Hispania. Constantino envió un ejército a Hispania para luchar contra los bárbaros, pero no contaba con la rebelión de su general Geroncio, que lideraba las tropas. Geroncio nombra a un nuevo emperador, Máximo (409-411), que granjearía a este apoyos entre los hispanos(5).
    Tras dos años de saqueos, en el 411, los caudillos bárbaros se reunieron con el usurpador Máximo, para por sorteo, repartirse la Hispania romana. A los vándalos asdingos les correspondió la parte occidental de la Galaecia, a los suevos la parte oriental de esta, para los alanos fue un extenso territorio compuesto por las provincias Lusitania y Cartaginense, y finalmente para los vándalos silingos, la preciada Baética(3), quedándose Máximo con la Tarraconense. Máximo y Geroncio consiguieron arrebatar territorios a Constantino en Hispania, pero la derrota de Geroncio en la Galia a manos de las tropas imperiales al mando del general Constancio, hizo que volviera a Hispania, donde se suicidó. Máximo fue depuesto y se refugió entre los bárbaros (3).

Zona arqueológica de Palacés
(C) SigPac EPSG38578 Palacés

    A partir de este reparto, los hispanorromanos de Palacés vieron su vida trastocada por la guerra y los saqueos de bárbaros y soldados, lo que traería consigo el hambre, la peste, la miseria, y cuantiosas muertes y prisioneros(5).
    De esta manera tan rocambolesca, nos encontramos a Palacés en el año 411 dominado por los alanos. Según parece, el ejército alano, comandado por su rey Adax (409-418), no era muy numeroso, unos 30.000 efectivos, pero a pesar de ello ejercían la supremacía sobre vándalos y suevos, quizás debido a la superioridad en caballería(5). Contradiciendo a la mayoría de expertos en el tema, en “Palacés Histórico” consideramos que dada la extensión de los territorios asignados (ver imagen 1): Lusitania y Cartaginense, el dominio alano no pudo ser muy efectivo dada la corta cantidad de efectivos de que disponían. Por lo que estos se destinarían a las principales ciudades y fortificaciones de la zona, no a las pequeñas villae como la de Palacés.
    Con respecto a nuestra comarca, sólo disponemos de datos de lo ocurrido en Baria (Villaricos), a partir del siglo V, la urbe situada en la desembocadura del río Almanzora fue abandonada, trasladándose parte de su población al vecino cerro de Montroy; algo similar pudo ocurrirle a Tagili y su población, con el traslado a la Cerrá de Tíjola(6). Aunque como desconocemos la historia real, también es posible que estos saqueos y enfermedades, fueran el motivo de la desaparición del asentamiento “Llano de la Era-2” en Palacés, de Baria y Tagili.
    Parece que a los alanos, igual que a nosotros les pareció demasiado amplia la zona, ya que la abandonaron o quizás fue recuperada por el gobierno imperial antes de 414(5). En 415 los visigodos de Walia (415-418) huyendo de la Tarraconense pasan por la costa mediterránea buscando aprovisionamiento en el norte de África. Una terrible tempestad le impidió hacerlo, lo cual les obligó en 416 a pactar con Honorio federarse con él. Entre los acuerdos estaba el de combatir a los bárbaros en Hispania(3).

2.2. Vándalos, suevos y visigodos.

    Los visigodos se dispusieron a ejecutar el acuerdo, acabando con los vándalos silingos en 416, y en 417 con los alanos, venciendo a su rey Adax en la Lusitania. Los supervivientes buscaron refugio entre los vándalos asdingos(5). Tras la retirada de los alanos del valle del Almanzora, volvemos a estar en manos romanas, con algunos contratiempos como el saqueo de Carthago Spartaria en 425 por los vándalos de Gunderico (407-428), que terminaría con su paso a tierras africanas en 429(3). Aunque Rafael Lázaro sitúa esta invasión hacia el 420, cuando estos arrasan Baria y destruyen Carthago Nova(7).
    Una vez que los vándalos salen de Hispania, los suevos al mando del rey Hermerico (409-438) inician su política de expansión fuera de la Gallaecia, continuada por su sucesor Rechila (438-448), extendiendo sus posesiones a las provincias Lusitania, Bética y Cartaginense, que teóricamente se encontraban bajo el control imperial. Probablemente no ocuparan físicamente el territorio, sino que se dedicarían a controlar el sistema de recaudación de impuestos y a saquear los territorios(5).
    No sabemos exactamente si Palacés llegó a formar parte del dominio suevo, algunos historiadores lo afirman así, pero otros indican que este dominio no comprendía las zonas costeras orientales de Hispania, incluyendo Palacés, que continuaría en manos romanas(3).

Hispania 430-455
(C) https://www.lahistoriaespana.com/el-apogeo-del-reino-suevo/

    Aunque los romanos enviaron un ejército para luchar contra los suevos, fueron derrotados en 446 en el valle del Guadalquivir, continuando con su dominio. Posteriormente en 452 las autoridades imperiales lograron un acuerdo de federación, pero fue rota tras la muerte de Valentiniano III en 455, aprovechando el rey suevo Requiario (448-456) para depredar a la Cartaginense. Pero en 456 y tras un nuevo ataque de los suevos a la Bética, Cartaginense y Tarraconense, los visigodos al mando de Teodorico II (453-466) les vencieron en Astorga, poniendo fin a unos años de depredación y dominio suevo.
    A partir de 456 los visigodos eran dueños de la zona levantina, pero tuvieron que federarse nuevamente con los romanos de Mayoriano (457-461) en 459, al ser vencidos por su ejército en Arlés(3), lo que explicaría la facilidad de la expedición militar de Mayoriano en mayo del 460 a lo largo de toda la vía augústea hasta Cartagena, en su intento de restablecer el pleno dominio imperial en el Mediterráneo occidental acabando de una vez con el problema vándalo. Pero fueron derrotados por estos, significando el fin de Mayoriano. De este modo permaneceríamos en manos romanas hasta la caída del Imperio Romano de Occidente en 476, o como mínimo hasta el 472, fecha dada por el historiador García Moreno para el final de los representantes romanos a nivel provincial y local(8).
    Este hecho fue aprovechado por el rey visigodo Eurico (466-484) para hacerse con casi la totalidad de Hispania, pero no sería hasta la subida al poder de Teudis (531-548) cuando los godos progresarían por la Bética y las zonas costeras de la Cartaginense(3). Aunque parece ser que los visigodos se dedicaron más al eje estratégico Narbona - Sevilla, lo cual habría permitido que durante estos años las tierras marginales del Levante y del Sudeste pudieran vivir un sueño de práctica independencia frente a cualquier poder extraño al de sus grupos dirigentes locales hispanorromanos(8) formada por la aristocracia fundiaria de estirpe senatorial(1).
    Nota curiosa, aunque parece que no verídica, es que el rey Amalarico (511-531) reconstruyó la antigua Urci en 528, destruida por el terremoto de 365, que dejó secas las playas de Almería. A la ciudad le llamó Amalaria, que se mantendría hasta hoy… Almería(9).

3. PALACÉS ENTRE LOS SIGLOS VI-VIII d.C. (Antigüedad tardía).

3.1. Visigodos y bizantinos.

    Permaneceríamos tres décadas bajo dominio visigodo, hasta que Atanagildo, un noble visigodo, se rebela contra el rey Agila (549-554), pidiendo la ayuda de los bizantinos que habían tomado al norte de África. Los bizantinos que esperaban un pretexto para invadir Hispania y restaurar el viejo imperio romano, aceptaron de buen grado, desembarcando en junio del 552 en las costas hispanas(3). La entrada bizantina en Hispania se materializa con la firma de un pacto donde se regularía el establecimiento de guarniciones bizantinas en la península. Pero el rey bizantino Justiniano I (527-565), no se limitó a ayudar a Atanagildo (554-567), sino que continuó con su política expansionista por el Mediterráneo, haciéndose fuerte en las provincias Bética y Cartaginense. Atanagildo mediante un acuerdo de paz, tuvo que reconocer a Bizancio la propiedad de una franja de territorio que comprendía desde la desembocadura del río Guadalete hasta Denia, a la que los bizantinos llamarían Spania(10).
    Los bizantinos establecieron en los territorios controlados un “doble limes”, imitando el de época bajoimperial, que defendía las fronteras de la provincia de Spania, cuya capital se estableció en Carthago Spartaria. Así entendemos que el Alto Almanzora, dado su despoblamiento progresivo, debió funcionar como una zona fronteriza entre las posiciones visigodas que alcanzan la Hoya de Baza, y las bizantinas que dominan la zona costera, concretamente la depresión de Vera y el curso del río Almanzora hasta su encajonamiento en Sierra Almagro, punto controlado desde el poblado de altura de Los Orives, que será, posiblemente, uno de los castra defensivos de la frontera bizantina(1).
    En nuestra zona, durante esta época se aprecia una especial concentración poblacional en la Depresión de Vera y desembocadura del Almanzora, quedando fuera el curso medio y alto del valle fluvial. Nos encontraríamos en una “tierra de nadie” que hacía las veces de “limes” con el apoyo de poblados y atalayas, como es el caso de Los Orives, el Cerro María, Alfaix-1, Llano de la Hoya, Peñón de Inox, Cortijo de la Cerca, Cerro del Picacho o Castillo de Mojácar, garantes del control del territorio de Baria y de las vías de comunicación con el interior, como son los cauces de los ríos Aguas, Antas y Almanzora(11).
    No es descabellado pensar que la situación de Palacés y su denostada torre atalaya de la Torrecica, formara parte de los poblados de apoyo a las fronteras bizantinas.
    El dominio bizantino se instauró en nuestro territorio, aunque los reyes visigodos fueron recuperando buena parte del territorio. Leovigildo (568-586) entre el 570 y 571 tomo Guadix, Baza y Antequera, apoderándose de las vías de comunicación entre Carthago Spartaria y Malaca (Málaga); Witerico (603-610) recuperó Medina Sidonia; Sisebuto (612-621) ocupa las ciudades de Urci y Baria entre 613-615(12), y toma Málaga en 615; para finalmente terminar expulsando a los bizantinos de la península al destruir Suintila (621-631) Carthago Spartaria (Cartagena) entre el 623 y 625(10).



    En manos visigodas permaneceríamos durante casi noventa años, hasta que en 710 se inicia la guerra civil entre los partidarios de los descendientes de los antiguos reyes Wamba y Witiza, el rey Agila II (710-716), y los de Chindasvinto, con Rodrigo (710-711) a la cabeza. El mismo año los seguidores de Rodrigo consiguieron expulsar de Toledo al rey Agila II, que huiría al norte del reino, donde permanecería hasta su muerte en 716(10).

3.2. Visigodos y musulmanes.

    Los seguidores de Agila II, Oppas, obispo de Sevilla y hermano de Witiza, y Sisberto, antiguo opositor, que habían huido a Ceuta, donde gobernaba el conde Julián, su presunto pariente; negocian la ayuda musulmana para restituir en su trono de Toledo a Agila II. La alianza se concretó a principio del 711, aportando estos fuerzas expedicionarias a cambio de abundantes riquezas, su dirigente era Musa o Muza, gobernador del norte de África por delegación del califa de Damasco.
    Antes del fatal pacto, los musulmanes ya habían hecho una incursión a Hispania en 710, volviendo los bereberes con un cuantioso botín al norte de África. Pero fue en abril de 711 cuando aprovechando que el rey Rodrigo luchaba contra los vascones, 7.000 berberiscos comandados por Tariq Ibn Ziyad, lugarteniente de Muza, desembarcaron en la montaña Tariq (Gibraltar). Un supuesto sobrino de Rodrigo les hizo frente, pero fue derrotado. El rey visigodo ante la noticia del asalto musulmán recluto a toda prisa un ejército, donde se incluirían los desleales Oppas y Sisberto, que a la postre le traicionaron en la famosa batalla de Guadalete entre el 19 y 26 de junio de 411(10).

Tratado de Teodomiro
(C) Cantigas de Santa María. Alfonso X. Castillo de Chincoya. Jaén S. XVIII.

    Según parece el sureste peninsular estaba gobernado por Teodomiro, dux (duque) de la provincia visigoda de Aurariola, que permanecería independiente hasta el 713, año en que pacto con los musulmanes, pasando a ser protegidos del Islam, posteriormente el ducado pasó a llamarse Cora de Tudmir(13).

Pero esto será otra historia...

    Dejamos una relación explicativa de lo que pudo ocurrir en la época estudiada, seguramente alejada de la realidad por la idiosincrasia de la zona y la personalidad de pobladores y conquistadores…

Pueblo                             Rey                                 Fechas

* Romanos                     Honorio                                     407

* Romanos                     Constantino III             407 - 409

* Romanos                     Máximo                          409 - 411

* Alanos ¿romanos?      Adax                              411 - 414

* Romanos                    Honorio                           414 - 422?

* Vándalos ¿romanos? Gunderico                     ¿422 - 428?

* Romanos                    Valentiniano II              428 - 438

* Suevos ¿romanos?    Rechila                            438 - 448

* Romanos                    Valentiniano II              448 - 456

* Visigodos                    Teodorico II                   456 - 459

* Romanos (federados) Mayoriano                   459 - 472/476

* Visigodos ¿hispanos? Eurico                           472 - 531

* Visigodos                     Teudis                            531 - 552

* Bizantinos                     Justiniano I                 552 - 615/625

* Visigodos                     Suintila                          625 - 711

* Visigodos                     Teodomiro                    711


BIBLIOGRAFÍA

(1) Análisis del territorio durante la ocupación protohistórica y romana en la depresión de Vera y Valle del río Almanzora, Almería. María Esther Chávez Álvarez. Tesis doctoral. Universidad de La Laguna, 2.000. Pág. 216, 502, 531-532, 541, 556.
(2) Púnicos y romanos en Palacés. Palacés Histórico 2022.
https://palaceshistorico.blogspot.com/2022/11/punicos-y-romanos- en-palaces.html
(3) Los Bárbaros en Hispania. Palacés Histórico 2023.
https://palaceshistorico.blogspot.com/2023/01/los-barbaros-en- hispania.html
(4) Usurpación y defensa de las Hispanias: Dídimo y Veriniano (408). María Victoria Escribano Paño. Gerión n.º 18. 2000. Pág. 512- 513, 533.
(5) Las nuevas opciones de poder: El protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V. Purificación Ubric Rabaneda. Polis n.º 19. 2007. Pág. 180-193, 201-203.
(6) Características de la distribución de Terra Sigillata Hispánica Tardía meridional en la comarca del alto Almanzora (Almería). M.ª Juana López Medina y Francisco Pérez Martínez. Lvcentvm, XXXIX, 2020. Pág. 150.
(7) Inscripciones romanas de la provincia de Almería. Rafael Lázaro Pérez. Diputación de Almería. Instituto de Estudios Almerienses. Colección Historia 67. Almería 2019. Pág 177.
(8) La monarquía visigoda y la iglesia en levante. Las raíces de un país. Luis A. García Moreno. Hispania Sacra, vol. 49, n.º 99. 1997. Pág. 262-263.
(9) La leyenda de Amalarico: Un rey godo en Almería. Manuel León. La Voz de Almería. 28 de junio de 2020.
(10) Visigodos y bizantinos en Hispania (Spania). Palacés Histórico 2023.
https://palaceshistorico.blogspot.com/2023/01/visigodos-y-bizantinos- en-hispania.html
(11) El marco territorial de la presencia bizantina. Jaime Vizcaíno Sánchez. Antigüedad y Cristianismo XXIV. Universidad de Murcia. Área de Historia Antigua. 2007. Pág. 189.
(12) Ilici en la antigüedad tardía. Roberto Lorenzo de San Román. Tesis doctoral. Universidad de alicante. 2016. Pág. 540.
(13) La materialidad del Pacto de Teodomiro a la luz de la arqueología. Sonia Gutiérrez Lloret. eHumanista/IVITRA,5. 2014. Pág. 275.

        (C) ANDRÉS SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ 2023

jueves, 26 de enero de 2023

VISIGODOS Y BIZANTINOS EN HISPANIA (SPANIA)

1. ANTECEDENTES.

    Como indicábamos en nuestra historia “Los bárbaros en Hispania”, Atanagildo, noble godo que se había sublevado en la ciudad bética de Sevilla contra Agila (549-554), venciendo a las tropas enviadas por el monarca visigodo desde Mérida; pide ayuda a los bizantinos para acabar la guerra civil que mantenían facciones de la nobleza visigoda(1), ya que su ejército estaba mermando tras un año de luchas(2). La ayuda se materializa con la firma de un pacto donde se regularía el establecimiento de guarniciones bizantinas en la península, y la presencia de un general romano encargado del mando de las tropas aliadas(3). Como consecuencia del pacto, en 552, las tropas bizantinas comandadas por el magister militum Liberio desembarcaron en las costas hispanas en un lugar aún desconocido, para ayudar al rebelde Atanagildo. Con la ayuda bizantina, el ejército sublevado vence en 554 a las huestes de Agila cerca de Sevilla, retirándose el rey a Mérida, donde fue asesinado(1).

2. EL REINO VISIGODO DE TOLEDO.

    Tras la muerte de Agila, el reino cae en manos del sublevado Atanagildo (554-567). Una de las primeras decisiones que toma el nuevo rey es la de trasladar la capitalidad del reino a Toledo, medida tomada quizás dentro del pacto con los bizantinos.
    Pero la intención de Bizancio y de su rey Justiniano I no se limitaba a la ayuda a Atanagildo, sino la de continuar con la política expansionista por el Mediterráneo, haciéndose fuerte en algunas ciudades de las provincias Cartaginense y Bética.
    Desde Toledo, Atanagildo tuvo que lidiar con tres problemas fronterizos: los suevos en el noroeste, los francos en el norte y los bizantinos al sur. Con los francos se obtuvieron pactos por enlaces matrimoniales, y con los bizantinos se llegó a un acuerdo de paz por el que se reconocía a Bizancio la propiedad de una franja de territorio que comprendía desde la desembocadura del río Guadalete hasta Denia(2).
    Atanagildo, además de contener el avance imperial tratará de restablecer la autoridad visigoda en la Bética, tomando Sevilla, desde donde atacó en repetidas ocasiones a Córdoba, que se encontraba en manos de los provinciales hispanorromanos, aunque con nulo resultado(3).
    En los últimos años de su reinado, el pueblo visigodos constituido por una población de casi siete millones de habitantes, sufrió con frecuencia hambruna, producida por las pésimas cosechas y el deficitario comercio, lo que llevaba al reino a su inexorable desaparición. Pese a todo, Atanagildo gozaba de cariño popular, lo que llevó al florecimiento de la nueva capital de Toledo. En 567 el rey enfermó, muriendo de muerte natural, poco acostumbrada en el desenlace de sus antecesores. Las asambleas visigodas no determinaban el nombramiento de un nuevo rey, y cuando ya se preveía una nueva guerra civil por la sucesión, apareció un noble venido desde la Septimania (región oriental de la Galia) con propuestas conciliadoras, Liuva.
    Pero poco le duró al nuevo rey Liuva I (567-572) la paz, ya que aprovechando su ausencia de la Septimania, los caudillos francos atacaron Arlés, obligando a Liuva a preparar un ejército dirigido por él mismo y detener la avalancha franca. El rey consiguió repeler el ataque franco, pero optó por permanecer en la zona previendo un nuevo ataque del enemigo. Para evitar problemas en Hispania, Liuva nombró en 658 gobernador a su hermano Leovigildo, quedándose él en las Galias. Liuva moriría por causas desconocidas en 572 en la ciudad de Narbona(2).

Leovigildo
(C) Revista Desperta Ferro nº 73. 2022.

    Leovigildo (568-586) entre 570 y 571 inicia la campaña contra los bizantinos tomando Guadix, Baza y Antequera, y en 572 conquista Córdoba a los provinciales, quedándose con las tierras fértiles del valle del Guadalquivir en la Bética. En 573 Leovigildo creo el Codex Revisus, código mejorado del de Eurico(2), y asocia al trono a sus hijos Hermenegildo y Recaredo. En el mismo año inicia una serie de campañas con la intención de estabilizar las fronteras, combatiendo a los sappos de Zamora(3), en 547 atacó Septem (Ceuta) obteniendo una gran derrota(4), en 574 a los cántabros, en 576 a los suevos en la Galaecia, y en 577 a la Orospeda en el alto Guadalquivir(3).
    En 579 Hermenegildo es nombrado por su padre gobernador de la Bética, convirtiéndose por intercesión de su esposa al catolicismo(2). Poco tiempo después de llegar a la Sevilla, Hermenegildo se rebela contra su padre, busca la ayuda bizantina, extendiéndose la rebelión hasta la Lusitania. Leovigildo no inició inmediatamente la ofensiva contra el rebelde, pero si contra sus posibles ayudas. En 581 ataca a los vascones, busca la alianza con los francos y pacta la neutralidad de los bizantinos. Finalmente en 582 inicia la campaña contra su hijo rebelde. Toma Mérida e inicia el asedio de Sevilla. Tras la toma de la capital hispalense en 583, Hermenegildo huye a Córdoba, donde fue capturado, y enviado a Valencia en 584, siendo ejecutado en 585.
    Este mismo año de 585, fue el de la desaparición del pueblo suevo. Su rey Miro había muerto en Sevilla intentando ayudar a las huestes de Hermenegildo, momento aprovechado por Leovigildo para atacarles, quedarse con su tesoro y anexionarles como una nueva provincia sus territorios(3) (eran las actuales zonas de Galicia, norte de Portugal, Asturias y Castilla-León). Mientras esto ocurría, Recaredo obtenía una gran victoria sobre los francos que intentaban ayudar a los suevos con refuerzos por el Cantábrico. El sueño de unificación de Hispania de Leovigildo estaba casi cumplido, sólo quedaban algunos reductos de la cornisa Cantábrica y Vasconia, y la franja bizantina. Leovigildo moriría en paz en Toledo en 586.
    Desde su llegada al trono, Recaredo (586-601) vio la necesidad de aclarar las diferencias religiosas de su pueblo, ya mayoritariamente católico, tras reuniones con los obispos de las dos confesiones, en 587 adjuró junto con la familia real del arrianismo y se convirtió al catolicismo, aunque de forma oficial lo harían en mayo de 589 durante el III Concilio de Toledo.
    Los años finales de Recaredo sólo se vieron alterados por escaramuzas en la frontera bizantina, hasta que llegó su muerte natural en 601. Los nobles agradecidos eligieron como sucesor a su hijo Liuva.
    Tras la muerte del gran Recaredo, la sociedad visigoda inició una serie de luchas intestinas entre el poder real y la nobleza hispano-goda, el nuevo rey Liuva II (601-603) fue el primero de los damnificados de estas luchas, al ser apresado y ejecutado por el conde Witerico, líder de los nobles rebeldes.
    Witerico (603-610) fue un rey tirano que intentó en vano recuperar el arrianismo. Durante su reinado se recuperaron a los bizantinos algunas ciudades y tierras, como Medina Sidonia. En 610 fue asesinado por sus antiguos nobles afectos.
    El sucesor Gundemaro (610-612) atajó el problema de la confirmación oficial de Toledo como capital religiosa del reino tras la celebración del sínodo de 610, pero murió de forma natural en 612.
    A Sisebuto (612-621) le cabe el honor de iniciar la intolerancia católica a los propietarios judíos, pero fue beligerante contra los bizantinos, llegando a tomar Málaga. No expulsó definitivamente a estos de Hispania, ya que llegó a un pacto con el gobernador imperial, pero dejó a estos con tan sólo las posesiones del Algarve y las Baleares. Fue considerando un hombre culto y de letras. En 621 moriría posiblemente envenenado por los seguidores del duque Suintila. Recaredo II (621), hijo de Sisebuto, fue elegido rey siendo un niño, muriendo a los dos meses en extrañas circunstancias.
    Suintila (621-631) posiblemente hijo de Recaredo I, y yerno de Sisebuto, atacó a los rebeldes vascones en 621(2) y entre 623 y 625 terminó por expulsar a los bizantinos de la península tras conquistar y destruir Cartago Nova(5). En los últimos años de su reinado desposeyó a aristócratas y obispos de gran parte de sus riquezas y tierras, lo que le llevó a soportar conjuras y levantamientos. Uno de ellos fue el llevado a cabo por el duque Sisenando en la Galia visigoda con ayuda de los francos en 631. El ejército rebelde pasa por Zaragoza donde Suintila tiene que huir por deserción de sus huestes, llegando a Toledo. El rey fue inhabilitado y recluido en un monasterio(2).

Suintila
(C) https://revistadehistoria.es/etiqueta/primera-unificacion-de-la-peninsula/

3. LA SPANIA BIZANTINA.

    Tras la caída del Imperio Romano al ser vencido Rómulo Augusto (475-476) por los hérulos en 476, la mitad oriental comenzó a llamarse Imperio Bizantino con capital en Constantinopla, siendo gobernada por Zenón (474-491). Pero sería Justiniano (527-565) quien junto a su general Belisario, iniciaría la reconquista de occidente(6), dentro de la política de Renovatio Imperii, o de reconquista de los antiguos territorios imperiales. En 533 derrotaría a los vándalos del norte de África anexionándose las islas de Córcega, Cerdeña y las Baleares(7); tomaría Septem (Ceuta) en 554(8), y eliminaría a los ostrogodos de Italia en 552, liberando tropas para enviarlas a Hispania(4).
    La última conquista de Justiniano en occidente concluye cuando un cuerpo expedicionario compuesto por 16.200 guerreros(6) fue enviado a Hispania bajo el mando de Liberio, desembarcando en la costa hispana en 552, respondiendo a la llamada de Atanagildo, enfrentado con el rey visigodo Agila, consiguiendo la incorporación de Spania al imperio bizantino(7). La ayuda bizantina fue fruto de la firma de un tratado entre Atanagildo y Justiniano donde se regularía el establecimiento de guarniciones bizantinas en Hispania(3). El lugar de desembarco de las tropas bizantinas no está definido, los historiadores barajan tres posibles zonas: Cartago Nova (Cartagena), Malaca (Málaga) o en las cercanías del estrecho de Gibraltar, próximo a Septem (Ceuta), lugar cercano a la contienda visigoda(7), probablemente en Algeciras. Atanagildo intentó desdecirse de los acuerdos, pero el desembarco en 555 de un segundo ejército se lo impidió(4), esta vez en Cartagena.
    El espacio dominado por el imperio bizantino en principio comprendió desde las actuales provincias de Alicante hasta Cádiz, adentrándose de modo desigual en Murcia, Albacete, Almería, Granada, Málaga y quizás Jaén, es decir desde Dianium (Denia) hasta Gadir (Cádiz), comprendiendo el trazado de la vía Augusta, Ilici (Elche), Carthago Spartaria, Basti (Baza) y Acci (Guadix), y las vías menores dirección a Baria (Villaricos), Urci (El Chuche, Benahadux) o Malaca. La plaga de 558 y otros acontecimientos negativos, supusieron la imposibilidad de destinar mayores esfuerzos a la total reconquista de Hispania, ya que tenía una población y unos efectivos diezmados(7).

Justiniano I
(C) https://es.wikipedia.org/wiki/Justiniano_I

    La administración provincial de Spania era ejercida por un magister militum Hispaniae, dotándola con tropas de frontera y un pequeño ejército comitatense (infantería pesada) formado por un meros (regimiento) que rondaba los cinco mil hombres. El magister, como gobernador, ostentaba también el título de dux, quedando bajo la autoridad de Cartago(4). La estructura estaba formada por los distritos del Estrecho con Septem, costa bética con Malaca, sureste con Carthago Spartaria (Cartagena) y región levantina con Ilici; con capitalidad en Carthago Spartaria(7).
    Entre 569 y 570 los bereberes del reino cristiano de Altava (Argelia), derrotaron al prefecto bizantino del norte de África, aniquilando a buena parte de su ejército. Esta situación fue aprovechada por Leovigildo(4), cuando entre 570 y 571 arrebata el control de las vías de comunicación entre Carthago Spartaria y Malaca, al apoderarse de Basti, Acci, Iliberis (cerca de Granada) y Anticaria (Antequera). En los años posteriores con los reinados de Recaredo II, Witerico y Sisebuto, les fueron arrebatadas Medina Sidonia, Malaca, Urci, Baria… dejándoles sólo la parte oriental con Carthago Spartaria e Ilici; para acabar con la destrucción de Cartagena hacia el 625 por Suintila. De modo que a los bizantinos sólo les queda los territorios de Septem y Baleares(7). De estas posesiones diremos que Ceuta, según algunos historiadores, cayó en manos de Sisebuto en 615, hasta ser conquistada por los musulmanas en el 709; y las islas Baleares se mantuvieron bizantinas hasta la llegada musulmana en el 707(9).

HISPANIA SIGLO VI
(C) Jaime Vizcaíno Sánchez 2009

4. EL FINAL DEL REINO VISIGODO DE TOLEDO.

    Sisenando (631-636) convocó el IV concilio de Toledo en 633 para reconocer a nobleza e iglesia como los grandes poderes fácticos del reino visigodo, prohibiendo también cualquier alzamiento contra los reyes elegidos en concilio. A partir del concilio, Sisenando reinó en paz hasta morir de forma natural en 636.
    Muerto Sisenando, le sucedió el anciano Chintila (636-639), durante su reinado los godos avanzaron hacia el feudalismo, perdiendo poder la monarquía.
    Tulga (639-642), hijo de Chintila, Fue desterrado por los poderes aristocrático y religioso, encabezados por el noble Chindasvinto, al ver en él una vuelta a la monarquía hereditaria.
    Chindasvinto (642-653). Fue Implacable contra la nobleza visigoda, aplacando los levantamientos rebeldes. Promulgó la Lex Visigothorum (fuero juzgo). En 649, Chindasvinto dada su ancianidad, asocia al trono a su hijo Recesvinto, muriendo de viejo en 653.
    Durante su reinado, Recesvinto (653-672) consiguió extender la paz por todo el territorio peninsular. En 654 se termina la Lex Visigothorum, promulgada por su padre, que trataba de forma sistemática los aspectos legislativos de reino.
    El último de los grandes reyes visigodos fue Wamba (672-680). El mismo año de su subida al poder, tuvo que sofocar la rebelión vascona, y la visigoda de la Septimania que arrasaría la Narbonense y la Tarraconense. En 680 fue drogado por el conde Ervigio, guiado por nobleza y clero, y a su despertar, al haber sido nombrado religioso, no pudo volver a ser rey.
    Con el 31 rey visigodo, Ervigio (680-687) comenzó el debilitamiento del reino, durante su reinado se aumentó el poder del clero y la nobleza, llevando al estado visigodo a la ruina económica. Antes de morir enfermo designó como futuro rey a su yerno Egica.
    Egica (687-702). En 692 se amotinan en Toledo los partidarios del anterior rey, pero el rey escapó, volviendo con un potente ejército que pronto sofocó la revuelta. En 698 nombra a su hijo Witiza, duque de la Galaecia, y en el 700 al enfermar, le asocia al trono(2).
    Quizás en el mismo 698, año que Cartago cae en manos musulmanas, se produjo un intento de agresión por las costas murcianas, posiblemente de bizantinos, sofocada en Orihuela por el duque Teodomiro(3).
    Witiza (702-710) suavizó la persecución a los judíos y se enfrentó al clero católico. En 710 Muere de muerte natural.
    Los seguidores de Witiza subieron al trono a su hijo Agila II (710-716), mientras las facciones más conservadoras eligieron a Rodrigo, duque de la Bética e hijo de Teodofredo, supuesto hijo de Chindasvinto. Así se inició una guerra civil entre los descendientes de Wamba y los de Chindasvinto, devastando lo poco que quedaba del reino visigodo.
    En 710 los seguidores de Rodrigo consiguieron expulsar a los leales de Agila II de Toledo, estableciéndose este en la Narbonense y la Tarraconense, donde fue respetado como rey hasta su muerte en 716.
    Oppas, obispo de Sevilla y hermano de Witiza, y Sisberto, antiguo opositor, se refugiaron en Ceuta, donde gobernaba el conde Julián, su presunto pariente, y supuestamente el custodio del último reducto visigodo. Oppas y Julián negociaron la ayuda musulmana para restituir en su trono de Toledo a Agila II. La alianza se concretó a principio del 711, aportando estos fuerzas expedicionarias a cambio de abundantes riquezas, su dirigente era Musa o Muza, gobernador del norte de África por delegación del califa de Damasco(2).

Rodrigo
(C) httpsnuestrahistoria.esefemerides-1-marzo-don-rodrigo-ultimo-rey-visigodo

Rodrigo (710-711). El mismo año de su subida al trono, una partida de 500 bereberes al mando del capitán Tarif Ibn Malluk desembarcó en Hispania en un reconocimiento militar, volviendo al norte de África con un cuantioso botín. En el 711 Rodrigo moviliza a su ejército para parar la sublevación vascona cerca de Pamplona, aprovechando los musulmanes y sus aliados para iniciar la invasión. En abril de 711, cuatro naves del conde Julián cruzaron el estrecho con miles de musulmanes comandados por Tariq Ibn Ziyad, lugarteniente de Musa, desembarcando en la montaña Tariq (Gibraltar), en total eran 7.000 guerreros berberiscos. Llegadas las noticias a la Bética, un supuesto sobrino de Rodrigo, Bencio, intentó detener a los musulmanes pero fue derrotado estrepitosamente. Las noticias pronto llegaron al norte donde se encontraba Rodrigo luchando contra los vascones, volviendo apresuradamente y reclutando en su marcha a los efectivos disponibles. Rodrigo dispondría alrededor de 40.000 efectivos, incluidas las tropas de Oppas y Sisberto, y los musulmanes serían los 7.000 llegados al principio, más otros 5.000 llegados posteriormente, que junto a los tropas auxiliares de Witiza, judíos, etc. harían unos 20.000 hombres.
    Entre el 19 y 26 de julio de 711, los ejércitos fueron acercándose hasta llegar a Wadi Lakkah, en la actual provincia de Cádiz, hipotéticamente en las riberas del rio Guadalete. Rodrigo tomó la posición central del ejército, dejando los flancos a las tropas de Oppas y Sisberto. Iniciado el combate, estos últimos convencieron a otros nobles visigodos de pasarse a su bando, dejando sólo a Rodrigo sin tropas para defender sus alas, esto fue aprovechado por los musulmanes que rodearon a las tropas visigodas consiguiendo una aplastante victoria. De Rodrigo no sabemos exactamente su paradero, pero tal vez escapara de la batalla y se retirara a la Lusitania, donde moriría.
    Es curioso que un nieto de Rodrigo, Ben Abd Al Aziz Omar, llegara a ser califa de Damasco de 717 al 720.
    A Agila II, los musulmanes le propusieron la devolución de las villas incautadas por la monarquía anterior, pero este no acepto las migajas.
    Muerto Agila II en el 716, le sucedió su hermano Ardabasto (716-720) o Ardón, que mantuvo su dominio sobre zonas específicas de la Tarraconense y la Septimania, pero a su muerte en el 720, ningún otro gobernante visigodo asumió el trono.
    Únicamente Pelayo, hijo del duque Favila, y por tanto primo de Rodrigo, supo aguantar en las montañas cántabro-asturianas a los musulmanes, provocando la famosa batalla de Covadonga en el 718(2).

Batalla de Guadalete
(C) Bernardo Blanco. Museo del Prado

    Con la derrota de la batalla de Guadalete, desapareció el reino visigodo de Toledo. Habían pasado 316 años de existencia de los reinados visigodos, desde que a Alarico I le nombraron rey en 395, pasando por el reino arriano de Tolosa, arriano de Toledo y católico de Toledo, para desembocar tras 34 reyes, en su desaparición por luchas internas de dinastías, noblezas y cleros ambiciosos.
    Algunos autores consideran que Rodrigo no fue el último rey visigodo, sino que lo fue el dux Teodomiro, que en el momento de la derrota de Guadalete gobernaba la provincia Cartaginense…

    Pero esto será otra historia...

BIBLIOGRAFÍA.

(1) Los bárbaros en Hispania. Palacés histórico 2023.
https://palaceshistorico.blogspot.com/2023/01/los-barbaros-en- hispania.html
(2) La aventura de los godos. Juan Antonio Cebrián. La Esfera de los Libros. Historia. 2002. Pág. 114-219.
(3) La España visigoda 409-711. Roger Collins. Editorial Crítica. 2005. Pág. 122, 146-147, 158-162, 176-177.
(4) Leovigildo contra el Imperio Romano. José Soto Chica. Desperta Ferro n.º 73. Septiembre-Octubre 2022. Pág. 13-17.
(5) Suintila. Real Academia de la Historia.
https://dbe.rah.es/biografias/8433/suintila
(6) Breve historia del Imperio Bizantino. David Barreras y Cristina Durán. Ediciones Nowtilus S.L. 2010. Pág. 65, 86-90.
(7) La presencia bizantina en Hispania (Siglos VI-VII). La documentación arqueológica. Jaime Vizcaíno Sánchez. Universidad de Murcia. Área de Historia Antigua. 2009. Pág. 33, 49, 51, 65, 67, 89, 127-128.
(8) Visigodos y bizantinos en la crónica mozárabe. M.ª José Bravo Bosch. El legado de Roma y Bizancio en el sureste de Hispania. Editorial Universidad de Almería. 2015. Pág. 157.
(9) Historia de Ceuta / Historia de las Islas Baleares. Wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Ceuta
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_las_Islas_Baleares

                     © ANDRÉS SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ 2023

viernes, 20 de enero de 2023

LOS BÁRBAROS EN HISPANIA

    Para el Imperio Romano, todo pueblo que no fuera romano, era bárbaro. Los pueblos bárbaros más estructurados tenían la característica de estar regidos por un rey, una cierta estructura política, y una religión común, el arrianismo, nueva doctrina cristiana surgida en torno al 318 d.C. en Alejandría, atribuida al presbítero Arrio.
Entre los pueblos bárbaros más importantes podemos citar a burgundios, lombardos, godos, vándalos, suevos, alamanes y alanos(1).

1. LOS GODOS.

    Los godos son, probablemente, un pueblo originario de Escandinavia, junto al mar Báltico, que pasaron a través de este hasta el río Vístula (Polonia)(2). Desde aquí migraron en dos grupos perfectamente delimitados: unos hacia el río Elba, y posteriormente hacia el Danubio; y otros hacia las estepas rusas, siguiendo las costas del mar Negro. Los primeros son los llamados visigodos o godos occidentales, y los segundos, ostrogodos o godos orientales(3).
    En principio, para nuestro relato nos interesa el recorrido de los godos occidentales, nuestros antepasados los visigodos, sin olvidar a los segundos que aparecerán posteriormente con destacada influencia en los acontecimientos.

2. LOS VISIGODOS.

    A mediados del siglo III d.C. los visigodos llegan al río Danubio que era considerado por el Imperio Romano como frontera con los pueblos germánicos, lo cruzan y obtienen una victoria aplastante en 251 sobre el emperador Trajano Decio (249-251), que incluso moriría en la batalla. Desde entonces permanecen dentro del imperio dedicados al saqueo y la destrucción, hasta ser expulsados por Aureliano (270-275) en 271(2), desplazándose a las regiones de Mesia, Tracia y Decia.
   En 332 romanos y visigodos sellaban un pacto por el cual el emperador Constantino I (306-337) concedía a los bárbaros el status de federados con el objeto de frenar las incursiones germanas en la zona fronteriza del Danubio. Sería el comienzo de una extraña amistad.    
    Sin embargo la llegada a la zona del Danubio del pueblo de los hunos les obliga a cruzar el río en 376, encontrándose entre dos frentes. Piden la protección romana, pero estos les desprecian, tomando la decisión de combatirles a ellos en vez de a los hunos, los vencen en la humillante batalla de Adrianápolis, donde moriría el propio emperador Valente (375-378); desde entonces se dedicaron a rapiñar los Balcanes.
    En 382 el emperador Teodosio I (379-395) se ve obligado a firmar un nuevo pacto con los visigodos donde les cedía Tracia y les eximia de pagar impuestos, comprometiéndoles a servir como tropas federadas en el ejército de oriente. Este pacto les serviría a Teodosio para unificar de nuevo el imperio en 394, al vencer junto a los visigodos al emperador occidental Eugenio (392-394).    
    Pero el pacto duraría poco, ya que en enero del 395 moría Teodosio, repartiéndose el Imperio entre sus dos hijos; a Honorio (395-423) le correspondería la parte occidental, y a Arcadio (395-408) la oriental.    
    Los visigodos fueron menospreciados por los hijos de Teodosio al no pagarles lo estipulado por los servicios de guerra, originándose una gran crisis entre ellos. El momento fue aprovechado por los bárbaros para proclamar como rey a Alarico I (395-410), el hasta ahora caudillo visigodo, dando comienzo a la dinastía baltinga. Alarico iniciaría movimientos desde Tracia con la intención de tomar Roma. En un primer intento consiguió de Arcadio la región de Ilidia (costa oriental del mar Adriático), hasta entrar en la península Itálica en 400; en 402 fueron derrotados por el magister militum Estilicón, volviendo a sus territorios.
    Honorio, el emperador de occidente, intentó unificar de nuevo el imperio, y para ello se alió con Alarico para derrocar a su hermano Arcadio. Pero la muerte de este en 408, hizo olvidar a Honorio la promesa del pago de lo acordado, lo que llevó a los visigodos a volver sobre Roma. En 410 la conquistan y saquean, apresando a Gala Placidia, hija del fallecido emperador Teodosio I, joven que jugaría un importante papel en la relación entre visigodos y romanos. Pero Alarico necesitaba asegurar las líneas de abastecimiento de Roma a través del norte de África, por lo cual se dirige hacia el sur de la península con la intención de pasar a África, pero una tremenda tempestad hunde casi toda la flota visigoda en Cosenza, muriendo Alarico. En el mismo lugar sería nombrado rey su cuñado Ataulfo (410-415)(2).

Alarico I
(C) https://dbe.rah.es/biografias/5926/alarico-i

3. SUEVOS, VÁNDALOS Y ALANOS EN HISPANIA.

    El 31 de diciembre del año 406, las heladas aguas del Rin permiten el paso de miles de bárbaros cerca de la ciudad de Maguncia, continuando por el norte de la Galia saqueando y arrasando las ciudades ante la inoperancia del poder imperial, ya que el magister Estilicón, tutor del joven emperador Honorio, se encontraba defendiendo el imperio de los godos.
    Pero el problema se agravó para Honorio cuando en 407, en la provincia de Britania, el general romano Constantino III (407-411) era proclamado por sus hombre emperador de occidente, con la intención de frenar a los bárbaros en el continente, haciéndose con las tres provincias occidentales: Britania, Galia e Hispania. Constantino se establece en Arlés, al sur de la Galia, nombrando césar a su hijo Constante, y magister militum a Geroncio.
    Hispania estaba defendida por los supuestos parientes de Honorio, los hermanos Dídimo y Veriniano, pero no contaban con las legiones hispanas que seguramente estaban con Estilicón luchando contra los godos. Ante esto, Constantino envía a Geroncio y Constante a Hispania con un ejército de romanos apoyados por mercenarios bárbaros, apresando a los dos hermanos. Constante vuelve a la Galia y Geroncio queda pacificando Hispania, dejando a los mercenarios bárbaros controlando los puestos fronterizos de los Pirineos(4). Pero para complicar más las cosas, cuando Constantino III le ordena al general renunciar a su mando en la provincia hispana, Geroncio se rebela, y nombra a su supuesto hijo Máximo (409-411) emperador de Hispania(5).    
    Constantino III, viendo la rebelión de Geroncio, envía a Hispania a su hijo Constante y al nuevo magister Justino, enfrentándose en la provincia al ejército de Geroncio. El mayor problema es que ambos tenían falta de efectivos militares, y echaron mano de los bárbaros que deambulaban por la Galia. A partir de este punto, los Pirineos se convirtieron en un colador para los bárbaros, siendo difícil distinguir entre partidarios de unos y otros.
    Todo esto es agravado cuando Geroncio, que había vencido a Constante, se dirige a Arlés para derrotar a Constantino, pero este había sido apresado por las tropas imperiales de Honorio, siendo ejecutado(4). A su vez Geroncio es vencido por la tropas de Honorio, comandadas por el general Constancio(5), una vez que los godos se habían retirado de Italia y habían vuelto a las Galias. Geroncio tras la derrota, decide volver a Hispania(3), pero es abandonado por sus tropas, y acaba suicidándose. Estos últimos hechos transcurren entre los años 409 y 411, quedando Hispania a expensas de los pueblos bárbaros.
    A los hispanos le llovían los impuestos de todas las partes litigantes para pagar a los mercenarios bárbaros, llegando a tomar la determinación de preferir a los visigodos, como indica el sacerdote cristiano Orosio, cuando dice: “muchos ciudadanos romanos prefirieron tener pobreza y libertad entre los bárbaros, a vivir como romanos sometidos al pago de impuestos”(4).
    Entre septiembre y octubre de 409 los vándalos, suevos y alanos, penetraron en la Tarraconense(6). Según algunas fuentes, tras dos años de saqueos, en el 411 los caudillos bárbaros se reunieron con el usurpador Máximo, para por sorteo, repartirse la Hispania romana. A los vándalos asdingos les correspondió la parte occidental de la Galaecia, a los suevos la parte oriental de esta, para los alanos fue un extenso territorio compuesto por las provincias Lusitania y Cartaginense, y finalmente para los vándalos silingos la preciada Baética(6) (de ahí proviene el nombre de Andalucía: “Vandalucía”)(2). No se mencionan la Tarraconensis, Insulae Baleares y Tingitana que pudieron quedar en las manos romanas de Máximo(7).

Hispania 409-411 d.C.
(C) https://caminandoporlahistoria.com/el-reparto-de-hispania/

4. LOS VISIGODOS EN HISPANIA.

    Tras la debacle visigoda del sur de Italia, Ataulfo se vio obligado a pactar con el emperador Honorio su salida de la península itálica; y ante la alarmante situación del imperio en Britania, Galia e Hispania, Honorio acepta y promete a Ataulfo tierras y suministro de víveres a cambio de su ayuda como federado y a la entrega de la bella Gala Placidia (hecha rehén en el asalto a Roma). Así se acuerda el establecimiento de los visigodos en el sur de la Galia, para ayudar al magister militum Constancio a reequilibrar la situación de la zona; sobre todo en la Galia, donde operaban los ejércitos del britano Constantino, y el galo Jovino ayudado por el visigodo Saro, enemigo del linaje baltingo(2). Pero la boda de Ataulfo con la joven Gala Placidia en 414, molestó a Honorio, que declaró nulo este casamiento. Ataulfo enfadado y con falta de víveres, ocupó el valle del Garona. Enterado Honorio, envía tropas al mando de Constancio para reconquistar la zona, al que prometió la mano de Gala Placidia si la devolvía a Italia. Tras la llegada de Constancio, Ataulfo carente de víveres y hostigado por las fuerzas imperiales pasa a Hispania y se instala en Barcino (Barcelona)(6) arrebatándosela a los vándalos. Pero parte de los nobles visigodos no estaban de acuerdo con Ataulfo, conspirando contra él y asesinándole en agosto de 415. Ataulfo en su lecho de muerte designó a su hermano Walia como su sucesor, pero los disidentes godos nombraron a Sigerico(2).
    Sigerico (415-415) manda asesinar a los hijos de Ataulfo y humilla a Gala Placidia, disponiéndose a organizar un ejército para atacar a Roma. Pero los afines al linaje baltingo y seguidores de Walia, le asesinan cuando llevaba una semana de reinado.
    Al llegar Walia (415-418) al poder visigodo, se encuentra a su pueblo falto de víveres y avituallamiento, ya que la flota imperial bloquea los puertos de la Tarraconense y las tropas romanas ocupan los pasos pirenaicos, por tanto, decide bajar hacia el estrecho de Gibraltar, siguiendo la costa mediterránea, con la intención de cruzar a África en busca de aprovisionamiento. Pero una nueva tempestad echó a pique las naves que transportaban a la vanguardia del ejército visigodo. Aislado y sin recursos, Walia tuvo que someterse a la voluntad de Constancio. A principios del 416 firma un pacto en virtud del cual recibía trigo a cambio de federarse, devolver a Gala Placidia y combatir a los bárbaros de Hispania(6).
    Walia que había sido distinguido con la graduación de magister militum en Hispania, inició los combates contra los bárbaros(2), venciendo en la Bética al rey silingo Fredbal en el verano de 416, siendo su ejército aniquilado unos meses después; y en 417 se impone sobre los alanos de la Lusitania comandados por Adax(6). En poco más de dos años Walia había eliminado a silingos y alanos, y cercado en la cornisa noroeste de la península a suevos y asdingos; pero cuando todo estaba dispuesto para el final de los bárbaros, Walia recibe la llamada de Constancio para acantonarse en el sur y este de la Galia(2). En marzo de 418, el monarca visigodo firmó un nuevo pacto con Honorio en virtud del cual los visigodos se establecían como federados del Imperio a lo largo del valle del Garona, entre las ciudades de Tolosa y Burdeos(6). Walia no podría disfrutar de su nuevo país, ya que moría sin dejar herederos en el mismo 418(2) y sin poder evacuar a todas sus tropas de Hispania, siendo su sucesor Teodorico, el encargado de finalizar el asentamiento en Aquitania(6).
    Teodorico I (418-451), mantuvo la palabra de Walia de mantener la federación con el imperio(2).
    En 419 Gunderico, rey de los vándalos, atacó a los suevos de Hermerico cerca de Orense, pero la ayuda romana a los suevos con tropas regulares en 420, hizo que los vándalos se retiraran. Pero antes de terminar el año, El usurpador Máximo, que se había refugiado con los bárbaros desde 411, fue investido de nuevo emperador de manos del vándalo Gunderico, trasladándose este con su permiso a la Bética. Esta fue ocupada por los vándalos hasta que en 421 el gobierno de Rávena envió al magister Castino a la Bética con la ayuda de los federados visigodos comandados por Bonifacio, capturando a Máximo y al godo Jovino, siendo enviados a la capital del imperio. En 422 Castino intenta bloquear las tropas de Gunderico en la Bética, pero cuando estaba a punto de aniquilarlos, Bonifacio y los visigodos se repliegan y abandonan el combate, dejando en minoría a Castino, que perdió la batalla y tuvo que replegarse a la Tarraconense(6). A partir de entonces el dominio romano en la península ibérica quedó limitada a las zonas costeras de la Tarraconense y al valle del Ebro(3).
    Pero la muerte en 421 del general Constancio, y de Honorio en 423 hizo considerar a Teodorico que el tratado con el imperio quedaba sin efecto. Esto fue aprovechado por los vándalos, que libres de la presión visigoda hicieron multitud de incursiones por las provincias Lusitania, Bética y Cartaginense, aunque los romanos conservaron buena parte de esta. Tras la muerte de Honorio, el imperio entró en una lucha interna por el poder, disputado entre el propio Castino y Valentiniano, hijo de Gala Placidia; lo que unido a la inactividad visigoda, reanudó los movimientos bárbaros en Hispania. Esto acabó con el enfrentamiento entre suevos y vándalos, permitiendo que los primeros se quedaran Lusitania y Galaecia, y los vándalos se retiraran masivamente a tierras africanas entre el 429 y 432(2). Otras fuentes no consideran este movimiento; sino que afirman que los visigodos comandados por Bonifacio que habían pasado a África en 422, les pidió ayuda y les permitió establecerse en la región a cambio de ayuda militar(6).
    Mientras esto ocurría en Hispania, Teodorico apoyó a Gala Placidia en la subida al trono de su hijo Valentiniano III (425-455), y procuró la expansión de su reino a Arlés en el 427, y Narbona entre el 430 y 439(2)    .
    La llegada de Réquila al trono suevo en 438 y los problemas romanos por defender los frentes abiertos, propició que los suevos se adentraran en la Bética, llegando a dominar Mérida en 439, capital de la diócesis, sometiendo así la Lusitania. En el 441 tomaron Sevilla, terminando por ocupar totalmente la Bética y buena parte de la Cartaginense; de modo que solo quedaba en manos del Imperio, la Tarraconense.
    En 446 el general Aecio envió tropas regulares y auxiliares godos al mando del magister Vito a recuperar la Cartaginense y la Bética, pero es derrotado en el valle del Guadalquivir, replegándose a la Tarraconense(6).

TEODORICO I
(C) https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/teodorico_i.htm

5. LOS VISIGODOS Y EL REINO ARRIANO DE TOLOSA.

    Desde el reinado de Ataulfo, en 410 los visigodos se habían establecido en el sur de la Galia, al que posteriormente llamarían reino de Tolosa. Desde su situación privilegiada, mantuvieron la federación con el Imperio en Hispania y la Galia.
En 451 Teodorico volvió a entrar en acción, esta vez para repeler a los hunos de Atila, que habían entrado por el Rin; asociado a los soldados imperiales, y a alanos, burgundios y francos, derrotaron a Atila en la batalla de los Catalaúnicos en el norte de la Galia; pero el rey visigodo murió en la misma batalla, sucediéndole su hijo Turismundo(2).
    Turismundo (451-453) fue el artífice de la victoria contra los hunos, pero a diferencia de su padre, no quería permanecer bajo el manto romano, así que, en 453, inició acciones en la Galia contra suevos y romanos, para continuar el crecimiento del reino de Tolosa. Las acciones de Turismundo prodigaron que el general Aecio se reuniera con un grupo de nobles visigodos, entre los que se encontraban sus hermanos, Teodorico y Frederico para preparar su muerte. Consiguieron matarle en un banquete, nombrando a su asesino y hermano Teodorico, como nuevo rey(2).
    En 452, tras las victorias suevas contra las tropas romanas, las autoridades imperiales lograron un acuerdo de federación con los suevos, donde se dejaba a estos como área de influencia la fachada occidental de la península(6).
    Teodorico II (453-466). El mismo año del inicio de su reinado, Teodorico II lideró un ejército romano en la Tarraconense enviado por el emperador Valentiniano III para luchar contra los bagaudas (bandoleros).
    En 454 los partidarios de Valentiniano III asesinan al general Aecio, muriendo él mismo en 455 victima de los partidarios de Aecio, nombrando el senado romano emperador a Petronio Máximo (455-455). Genserico (428-477), rey vándalo, por problemas de matrimonio de su hijo, asola Roma; muriendo Petronio Máximo apedreado al huir del cerco. Este momento fue aprovechado por Teodorico para colocar a su amigo Marco Mecilio Avito (455-456) como nuevo emperador(2).
    Los suevos en Hispania, ante la muerte de Valentiniano III, decidieron anular su pacto, sometiendo a depredación a la Cartaginense(6). En 456, el rey suevo Requiario (448-456) que no reconocía al emperador impuesto por los visigodos, lanzó ataques contra la Bética, la Cartaginense y la Tarraconense. Los visigodos envían un imponente ejército a Hispania, la batalla se libró cerca de Astorga, tras la persecución por la Lusitania, Requiario es ejecutado(3).
    En 456, los visigodos eran dueños de toda Hispania, excepto una parte de la Galaecia en manos de los suevos, pequeños grupos resistentes entre cántabros, astures y vascones, y algunas ciudades fortificadas de la Bética.
    Ante la subida al poder del nuevo emperador Julio Mayoriano (457-461), colocado por los suevos de Ricimero tras deponer a Avito, Teodorico II no acepta el nombramiento, iniciando una campaña de expansión del reino de Tolosa. Pero derrotados por los romanos de Mayoriano en Arlés, se vería forzado a renovar en 459 el foedus entre visigodos y el imperio romano(2).
    En mayo de 460 Mayoriano, al frente de tropas romanas llegan a Hispania para dirigirse a Carthago Spartaria donde le esperaba la flota(6) con la intención de arrebatar a los vándalos el norte de África(2); mientras, los visigodos van hacia la Galaecia para luchar contra los suevos. Pero los vándalos capturaron parte de la flota en Ilici (Elche), antes de llegar a Cartagena, desbaratando el proyecto y haciendo retroceder a ambos ejércitos. En el 461, Mayoriano es asesinado al llegar a la Galia(6) por su magister militum Ricimero(3), momento aprovechado por este para colocar otro títere como emperador, a Libio Severo (461-465).
    En 466 Teodorico es asesinado por su hermano Eurico, debido al acercamiento y el intento de un nuevo pacto con un imperio romano en plena decadencia.

EL CÓDIGO DE EURICO
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    La llegada de Eurico (466-484) al reino visigodo, coincidió con un Imperio Romano de Occidente en pleno declive. Por lo que se dedicó a anexionarse nuevas posesiones y consolidar las mismas. Entre ellas se encuentra la victoria contra los suevos en Hispania, consolidándose en 468, cuando crearon un eje desde Barcelona, que pasando por Toledo, termina en Sevilla y Emerita Augusta (Mérida)(2) en 469.
    En el verano de 472, las tropas visigodas cruzan los Pirineos y conquistan la Tarraconense, entrando una parte por Roncesvalles, ocupando Pamplona y Zaragoza, y otra por el paso oriental para tomar Tarragona y otras ciudades de la costa. Hispania estaba en este momento ocupada por los visigodos, excepto los territorios noroccidentales bajo control suevo, las zonas cántabras y vasconas, así como la Bética y una parte de la Cartaginense que continuaban bajo la administración romana(6).
    Desde esta fecha, los visigodos se encuentran instalados en Hispania actuando independientemente del imperio. Tras la guerra con los suevos, estos pasan a ser vasallos de los visigodos. A continuación de la toma de casi la totalidad de Hispania, se produce la migración de grandes poblaciones a las tierras conquistadas, debilitando al reino de Tolosa(2).
    Ricimero fue colocando emperadores a su gusto hasta su muerte en 472, pero Eurico no reconocía a ninguno de ellos. Esto continuaría hasta la que, Rómulo Augústulo (475-476), último emperador de occidente, fue depuesto, poniendo fin al orgulloso imperio romano. En la parte oriental del imperio quedaba Zenón con los restos del imperio, que pasarían a llamarse desde entonces, Bizancio(2).
    Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en agosto de 476, el reino de Tolosa se queda solo como gran potencia en Europa occidental. Momento aprovechado por Eurico para ampliar su extenso territorio(2), en Hispania invadirían las zonas del noreste que todavía estaban administradas por el Imperio(3); hasta que en 484, Eurico murió de viejo, dejando a su hijo Alarico como sucesor.
    Eurico fue el precursor del Codex Euricianus, donde se recogían todas las costumbres germánicas que ordenaban la vida de la nación goda(2).
    Coincidiendo con la caída del imperio de occidente y sus consecuencias posteriores, se desarrolla en el norte de las Galias un nuevo poder bárbaro, el de los francos, con la subida al trono del rey Clodoveo I en 481, que acabaría con el último bastión romano en el norte de las Galias en 486.
    Durante el reinado de Alarico II (484-507), se acrecentó la diferencia entre los visigodos arrianos y católicos, sobre todo cuando los francos, incluido su rey Clodoveo se convierten al catolicismo en 497; acto aprovechado por los visigodos católicos para desear la llegada de los francos. El momento no se haría de esperar, en el 507 los francos y sus aliados los burgundios, avanzan imparablemente a la conquista total de las Galias. Alarico II esperaba los refuerzos de su suegro Teodorico el Grande, nombrado en 496 rey ostrogodo de Italia, pero la ayuda no llegó, e inevitablemente se produjo la batalla. Ocurrió en mayo de 507 en Vouillé, ocasionando la derrota visigoda y la muerte del propio rey Alarico. En estos campos no sólo murió el rey, sino también el reino de Tolosa. En el mismo campo de batalla se nombre rey a su hijo Gesalaico(2).

BATALLA DE VOUILLÉ
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    Tras la batalla, los francos tomaron Tolosa, quedándole a los godos de Gesalaico (507-511) solo el territorio de la Septimania. Así que iniciaron ordenadamente el repliegue hacia Hispania. Gracias a la llegada de tropas ostrogodas, Gesalaico pudo replegarse hasta Barcelona, haciendo de esta su capital eventual.
        La llegada de 200.000 visigodos para gobernar a entre 5 y 7 millones de hispano-romanos produjo un choque de culturas y formas de vida.
    En 510 el ostrogodo Teodorico exige el trono para su nieto Amalarico, venciendo a las tropas visigodas en las cercanías de Barcelona. Gesalaico huye hacia África a tierras vándalas. Pero en 511 Gesalaico, al intentar recuperar el trono, es ejecutado al perder una nueva batalla contra los ostrogodos.

          En 511 fue nombrado rey el nieto de Teodorico el Grande, Amalarico (511-531), pero por su minoría de edad, lo hizo su abuelo como regente (511-526)(2). Hispania estuvo gobernada por el prefecto Teudis, jefe militar enviado por Teodorico(6), hasta que en 526 murió el rey ostrogodo. Tras la muerte de su abuelo, Amalarico intentó reinar en solitario, pero la acusación de malos tratos a su esposa franca y el nombramiento de un nuevo prefecto diferente a Teudis, hacen que se encuentre con la oposición ostrogoda y afines de la nobleza visigoda, lo que lleva a estos a asesinarle en Barcelona en 531.
    El nuevo rey, Teudis (531-548), prefecto en Hispania del regente rey ostrogodo, estaba acostumbrado al trato con las élites de la nobleza hispano-romana y visigoda(2). En 531 los godos progresan en las regiones de la Bética y las zonas costeras de la Cartaginense.
    Los visigodos viendo la amenaza para sus posiciones en la península, ya que en el norte de África se había establecido el imperio Bizantino destruyendo a los vándalos(6), en 533 preparan un ejército de alianza entre tropas visigodas, ostrogodas y vándalas para asaltar Ceuta, pero fueron derrotadas por el ejército bizantino de Justiniano (527-565). Quizás esta amenaza fue la que provocó que Teudis traslada la capital de Barcelona a Emérita Augusta (Mérida), para estar cerca de la amenaza de invasión por el sur.
    En 541 un formidable ejército enviado por los reyes francos atravesó los Pirineos tomando Pamplona y sitiando Zaragoza, Teudis envía tropas de refuerzo al frente del duque Teudiselo, haciendo que los francos se retiraran. Teudis moriría asesinado por un soldado de su guardia en 548(2).
    En 548 comenzaría a reinar Teudiselo (548-549), duque godo destacado por la victoria contra los francos. El rey trasladaría la capital a Sevilla, dado su interés por las riquezas del sur, donde moriría asesinado de manera oscura al año siguiente.
    Agila (549-554) es nombrado rey por el Aula Regia visigoda, pero su linaje arriano hizo que se sublevaran numerosas ciudades, principalmente de la Bética por considerarlo opresor político y religioso. Atanagildo, un notable miembro de la nobleza visigoda, que se encontraba en Sevilla lideró un estallido social y militar. Agila se dirigió con sus tropas hacia Córdoba, perdiendo la batalla contra los rebeldes.
    A finales del 551, mermado el ejército sublevado, la situación de Atanagildo era bastante delicada, por lo que, temiendo un ataque de Agila, pidió la ayuda militar bizantina. Los bizantinos que esperaban un pretexto para invadir Hispania y restaurar el viejo imperio romano, aceptaron de buen grado, desembarcando en junio del 552 en las costas hispanas. No se sabe exactamente donde se produjo el desembarco: en el estrecho de Gibraltar, en Málaga, pero posiblemente pudiera ser en Cartago Nova, donde desembarcó un contingente bizantino comandado por el magister militum Liberius en ayuda de Atanagildo, ayudando al rebelde y haciéndose fuerte en las provincias Cartaginense y Bética. En 554 con el refuerzo bizantino, las tropas de Agila fueron derrotadas cerca de Sevilla, retirándose el rey a Mérida, donde fue asesinado.
    Tras la muerte de Agila, el reino cae en manos del sublevado Atanagildo (554-567), pero el precio para su subida al trono fue muy alto, ya que los bizantinos iban a cobrar muy cara la ayuda prestada a los rebeldes en la guerra civil…

Comenzaba así la etapa bizantina en la península Ibérica.

Hispania en 560
(C) https://es.wikipedia.org/wiki/Atanagildo


BIBLIOGRAFÍA.

(1) Los pueblos bárbaros que acabaron con el Imperio Romano tenían un nombre. Caminandoporlahistoria.com.
https://caminandoporlahistoria.com/los-pueblos-barbaros/
(2) La aventura de los godos. Juan Antonio Cebrián. La Esfera de los Libros. Historia. 2002. 227 páginas.
(3) La España visigoda 409-711. Roger Collins. Editorial Crítica. 2005. 280 páginas.
(4) Siglo V. El día que los pueblos bárbaros hicieron el reparto de Hispania. Caminandoporlahistoria.com.
https://caminandoporlahistoria.com/el-reparto-de-hispania/
(5) Máximo de Hispania. Wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A1ximo_de_Hispania
(6) La Hispania tardorromana y visigoda. Siglos V-VIII. M.ª Isabel Loring, Dionisio Pérez y Pablo Fuentes. Editorial Síntesis. 2007. 396 páginas.
(7) La Bastitania romana y visigoda: Arqueología e historia de un territorio. Juan Antonio Salvador Oyonate. Tesis Doctoral. Departamento de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Granada. Granada 2011. Pág. 519, 745 y 746.

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