1. ANTECEDENTES.
Como indicábamos en nuestra historia “Los bárbaros en Hispania”, Atanagildo, noble godo que se había sublevado en la ciudad bética de Sevilla contra Agila (549-554), venciendo a las tropas enviadas por el monarca visigodo desde Mérida; pide ayuda a los bizantinos para acabar la guerra civil que mantenían facciones de la nobleza visigoda(1), ya que su ejército estaba mermando tras un año de luchas(2). La ayuda se materializa con la firma de un pacto donde se regularía el establecimiento de guarniciones bizantinas en la península, y la presencia de un general romano encargado del mando de las tropas aliadas(3). Como consecuencia del pacto, en 552, las tropas bizantinas comandadas por el magister militum Liberio desembarcaron en las costas hispanas en un lugar aún desconocido, para ayudar al rebelde Atanagildo. Con la ayuda bizantina, el ejército sublevado vence en 554 a las huestes de Agila cerca de Sevilla, retirándose el rey a Mérida, donde fue asesinado(1).
2. EL REINO VISIGODO DE TOLEDO.
Tras la muerte de Agila, el reino cae en manos del sublevado Atanagildo (554-567). Una de las primeras decisiones que toma el nuevo rey es la de trasladar la capitalidad del reino a Toledo, medida tomada quizás dentro del pacto con los bizantinos.
Pero la intención de Bizancio y de su rey Justiniano I no se limitaba a la ayuda a Atanagildo, sino la de continuar con la política expansionista por el Mediterráneo, haciéndose fuerte en algunas ciudades de las provincias Cartaginense y Bética.
Desde Toledo, Atanagildo tuvo que lidiar con tres problemas fronterizos: los suevos en el noroeste, los francos en el norte y los bizantinos al sur. Con los francos se obtuvieron pactos por enlaces matrimoniales, y con los bizantinos se llegó a un acuerdo de paz por el que se reconocía a Bizancio la propiedad de una franja de territorio que comprendía desde la desembocadura del río Guadalete hasta Denia(2).
Atanagildo, además de contener el avance imperial tratará de restablecer la autoridad visigoda en la Bética, tomando Sevilla, desde donde atacó en repetidas ocasiones a Córdoba, que se encontraba en manos de los provinciales hispanorromanos, aunque con nulo resultado(3).
En los últimos años de su reinado, el pueblo visigodos constituido por una población de casi siete millones de habitantes, sufrió con frecuencia hambruna, producida por las pésimas cosechas y el deficitario comercio, lo que llevaba al reino a su inexorable desaparición. Pese a todo, Atanagildo gozaba de cariño popular, lo que llevó al florecimiento de la nueva capital de Toledo. En 567 el rey enfermó, muriendo de muerte natural, poco acostumbrada en el desenlace de sus antecesores. Las asambleas visigodas no determinaban el nombramiento de un nuevo rey, y cuando ya se preveía una nueva guerra civil por la sucesión, apareció un noble venido desde la Septimania (región oriental de la Galia) con propuestas conciliadoras, Liuva.
Pero poco le duró al nuevo rey Liuva I (567-572) la paz, ya que aprovechando su ausencia de la Septimania, los caudillos francos atacaron Arlés, obligando a Liuva a preparar un ejército dirigido por él mismo y detener la avalancha franca. El rey consiguió repeler el ataque franco, pero optó por permanecer en la zona previendo un nuevo ataque del enemigo. Para evitar problemas en Hispania, Liuva nombró en 658 gobernador a su hermano Leovigildo, quedándose él en las Galias. Liuva moriría por causas desconocidas en 572 en la ciudad de Narbona(2).
Leovigildo (C) Revista Desperta Ferro nº 73. 2022. |
Leovigildo (568-586) entre 570 y 571 inicia la campaña contra los bizantinos tomando Guadix, Baza y Antequera, y en 572 conquista Córdoba a los provinciales, quedándose con las tierras fértiles del valle del Guadalquivir en la Bética. En 573 Leovigildo creo el Codex Revisus, código mejorado del de Eurico(2), y asocia al trono a sus hijos Hermenegildo y Recaredo. En el mismo año inicia una serie de campañas con la intención de estabilizar las fronteras, combatiendo a los sappos de Zamora(3), en 547 atacó Septem (Ceuta) obteniendo una gran derrota(4), en 574 a los cántabros, en 576 a los suevos en la Galaecia, y en 577 a la Orospeda en el alto Guadalquivir(3).
En 579 Hermenegildo es nombrado por su padre gobernador de la Bética, convirtiéndose por intercesión de su esposa al catolicismo(2). Poco tiempo después de llegar a la Sevilla, Hermenegildo se rebela contra su padre, busca la ayuda bizantina, extendiéndose la rebelión hasta la Lusitania. Leovigildo no inició inmediatamente la ofensiva contra el rebelde, pero si contra sus posibles ayudas. En 581 ataca a los vascones, busca la alianza con los francos y pacta la neutralidad de los bizantinos. Finalmente en 582 inicia la campaña contra su hijo rebelde. Toma Mérida e inicia el asedio de Sevilla. Tras la toma de la capital hispalense en 583, Hermenegildo huye a Córdoba, donde fue capturado, y enviado a Valencia en 584, siendo ejecutado en 585.
Este mismo año de 585, fue el de la desaparición del pueblo suevo. Su rey Miro había muerto en Sevilla intentando ayudar a las huestes de Hermenegildo, momento aprovechado por Leovigildo para atacarles, quedarse con su tesoro y anexionarles como una nueva provincia sus territorios(3) (eran las actuales zonas de Galicia, norte de Portugal, Asturias y Castilla-León). Mientras esto ocurría, Recaredo obtenía una gran victoria sobre los francos que intentaban ayudar a los suevos con refuerzos por el Cantábrico. El sueño de unificación de Hispania de Leovigildo estaba casi cumplido, sólo quedaban algunos reductos de la cornisa Cantábrica y Vasconia, y la franja bizantina. Leovigildo moriría en paz en Toledo en 586.
Desde su llegada al trono, Recaredo (586-601) vio la necesidad de aclarar las diferencias religiosas de su pueblo, ya mayoritariamente católico, tras reuniones con los obispos de las dos confesiones, en 587 adjuró junto con la familia real del arrianismo y se convirtió al catolicismo, aunque de forma oficial lo harían en mayo de 589 durante el III Concilio de Toledo.
Los años finales de Recaredo sólo se vieron alterados por escaramuzas en la frontera bizantina, hasta que llegó su muerte natural en 601. Los nobles agradecidos eligieron como sucesor a su hijo Liuva.
Tras la muerte del gran Recaredo, la sociedad visigoda inició una serie de luchas intestinas entre el poder real y la nobleza hispano-goda, el nuevo rey Liuva II (601-603) fue el primero de los damnificados de estas luchas, al ser apresado y ejecutado por el conde Witerico, líder de los nobles rebeldes.
Witerico (603-610) fue un rey tirano que intentó en vano recuperar el arrianismo. Durante su reinado se recuperaron a los bizantinos algunas ciudades y tierras, como Medina Sidonia. En 610 fue asesinado por sus antiguos nobles afectos.
El sucesor Gundemaro (610-612) atajó el problema de la confirmación oficial de Toledo como capital religiosa del reino tras la celebración del sínodo de 610, pero murió de forma natural en 612.
A Sisebuto (612-621) le cabe el honor de iniciar la intolerancia católica a los propietarios judíos, pero fue beligerante contra los bizantinos, llegando a tomar Málaga. No expulsó definitivamente a estos de Hispania, ya que llegó a un pacto con el gobernador imperial, pero dejó a estos con tan sólo las posesiones del Algarve y las Baleares. Fue considerando un hombre culto y de letras. En 621 moriría posiblemente envenenado por los seguidores del duque Suintila. Recaredo II (621), hijo de Sisebuto, fue elegido rey siendo un niño, muriendo a los dos meses en extrañas circunstancias.
Suintila (621-631) posiblemente hijo de Recaredo I, y yerno de Sisebuto, atacó a los rebeldes vascones en 621(2) y entre 623 y 625 terminó por expulsar a los bizantinos de la península tras conquistar y destruir Cartago Nova(5). En los últimos años de su reinado desposeyó a aristócratas y obispos de gran parte de sus riquezas y tierras, lo que le llevó a soportar conjuras y levantamientos. Uno de ellos fue el llevado a cabo por el duque Sisenando en la Galia visigoda con ayuda de los francos en 631. El ejército rebelde pasa por Zaragoza donde Suintila tiene que huir por deserción de sus huestes, llegando a Toledo. El rey fue inhabilitado y recluido en un monasterio(2).
Suintila (C) https://revistadehistoria.es/etiqueta/primera-unificacion-de-la-peninsula/ |
3. LA SPANIA BIZANTINA.
Tras la caída del Imperio Romano al ser vencido Rómulo Augusto (475-476) por los hérulos en 476, la mitad oriental comenzó a llamarse Imperio Bizantino con capital en Constantinopla, siendo gobernada por Zenón (474-491). Pero sería Justiniano (527-565) quien junto a su general Belisario, iniciaría la reconquista de occidente(6), dentro de la política de Renovatio Imperii, o de reconquista de los antiguos territorios imperiales. En 533 derrotaría a los vándalos del norte de África anexionándose las islas de Córcega, Cerdeña y las Baleares(7); tomaría Septem (Ceuta) en 554(8), y eliminaría a los ostrogodos de Italia en 552, liberando tropas para enviarlas a Hispania(4).
La última conquista de Justiniano en occidente concluye cuando un cuerpo expedicionario compuesto por 16.200 guerreros(6) fue enviado a Hispania bajo el mando de Liberio, desembarcando en la costa hispana en 552, respondiendo a la llamada de Atanagildo, enfrentado con el rey visigodo Agila, consiguiendo la incorporación de Spania al imperio bizantino(7). La ayuda bizantina fue fruto de la firma de un tratado entre Atanagildo y Justiniano donde se regularía el establecimiento de guarniciones bizantinas en Hispania(3). El lugar de desembarco de las tropas bizantinas no está definido, los historiadores barajan tres posibles zonas: Cartago Nova (Cartagena), Malaca (Málaga) o en las cercanías del estrecho de Gibraltar, próximo a Septem (Ceuta), lugar cercano a la contienda visigoda(7), probablemente en Algeciras. Atanagildo intentó desdecirse de los acuerdos, pero el desembarco en 555 de un segundo ejército se lo impidió(4), esta vez en Cartagena.
El espacio dominado por el imperio bizantino en principio comprendió desde las actuales provincias de Alicante hasta Cádiz, adentrándose de modo desigual en Murcia, Albacete, Almería, Granada, Málaga y quizás Jaén, es decir desde Dianium (Denia) hasta Gadir (Cádiz), comprendiendo el trazado de la vía Augusta, Ilici (Elche), Carthago Spartaria, Basti (Baza) y Acci (Guadix), y las vías menores dirección a Baria (Villaricos), Urci (El Chuche, Benahadux) o Malaca. La plaga de 558 y otros acontecimientos negativos, supusieron la imposibilidad de destinar mayores esfuerzos a la total reconquista de Hispania, ya que tenía una población y unos efectivos diezmados(7).
Justiniano I (C) https://es.wikipedia.org/wiki/Justiniano_I |
La administración provincial de Spania era ejercida por un magister militum Hispaniae, dotándola con tropas de frontera y un pequeño ejército comitatense (infantería pesada) formado por un meros (regimiento) que rondaba los cinco mil hombres. El magister, como gobernador, ostentaba también el título de dux, quedando bajo la autoridad de Cartago(4). La estructura estaba formada por los distritos del Estrecho con Septem, costa bética con Malaca, sureste con Carthago Spartaria (Cartagena) y región levantina con Ilici; con capitalidad en Carthago Spartaria(7).
Entre 569 y 570 los bereberes del reino cristiano de Altava (Argelia), derrotaron al prefecto bizantino del norte de África, aniquilando a buena parte de su ejército. Esta situación fue aprovechada por Leovigildo(4), cuando entre 570 y 571 arrebata el control de las vías de comunicación entre Carthago Spartaria y Malaca, al apoderarse de Basti, Acci, Iliberis (cerca de Granada) y Anticaria (Antequera). En los años posteriores con los reinados de Recaredo II, Witerico y Sisebuto, les fueron arrebatadas Medina Sidonia, Malaca, Urci, Baria… dejándoles sólo la parte oriental con Carthago Spartaria e Ilici; para acabar con la destrucción de Cartagena hacia el 625 por Suintila. De modo que a los bizantinos sólo les queda los territorios de Septem y Baleares(7). De estas posesiones diremos que Ceuta, según algunos historiadores, cayó en manos de Sisebuto en 615, hasta ser conquistada por los musulmanas en el 709; y las islas Baleares se mantuvieron bizantinas hasta la llegada musulmana en el 707(9).
HISPANIA SIGLO VI (C) Jaime Vizcaíno Sánchez 2009 |
4. EL FINAL DEL REINO VISIGODO DE TOLEDO.
Sisenando (631-636) convocó el IV concilio de Toledo en 633 para reconocer a nobleza e iglesia como los grandes poderes fácticos del reino visigodo, prohibiendo también cualquier alzamiento contra los reyes elegidos en concilio. A partir del concilio, Sisenando reinó en paz hasta morir de forma natural en 636.
Muerto Sisenando, le sucedió el anciano Chintila (636-639), durante su reinado los godos avanzaron hacia el feudalismo, perdiendo poder la monarquía.
Tulga (639-642), hijo de Chintila, Fue desterrado por los poderes aristocrático y religioso, encabezados por el noble Chindasvinto, al ver en él una vuelta a la monarquía hereditaria.
Chindasvinto (642-653). Fue Implacable contra la nobleza visigoda, aplacando los levantamientos rebeldes. Promulgó la Lex Visigothorum (fuero juzgo). En 649, Chindasvinto dada su ancianidad, asocia al trono a su hijo Recesvinto, muriendo de viejo en 653.
Durante su reinado, Recesvinto (653-672) consiguió extender la paz por todo el territorio peninsular. En 654 se termina la Lex Visigothorum, promulgada por su padre, que trataba de forma sistemática los aspectos legislativos de reino.
El último de los grandes reyes visigodos fue Wamba (672-680). El mismo año de su subida al poder, tuvo que sofocar la rebelión vascona, y la visigoda de la Septimania que arrasaría la Narbonense y la Tarraconense. En 680 fue drogado por el conde Ervigio, guiado por nobleza y clero, y a su despertar, al haber sido nombrado religioso, no pudo volver a ser rey.
Con el 31 rey visigodo, Ervigio (680-687) comenzó el debilitamiento del reino, durante su reinado se aumentó el poder del clero y la nobleza, llevando al estado visigodo a la ruina económica. Antes de morir enfermo designó como futuro rey a su yerno Egica.
Egica (687-702). En 692 se amotinan en Toledo los partidarios del anterior rey, pero el rey escapó, volviendo con un potente ejército que pronto sofocó la revuelta. En 698 nombra a su hijo Witiza, duque de la Galaecia, y en el 700 al enfermar, le asocia al trono(2).
Quizás en el mismo 698, año que Cartago cae en manos musulmanas, se produjo un intento de agresión por las costas murcianas, posiblemente de bizantinos, sofocada en Orihuela por el duque Teodomiro(3).
Witiza (702-710) suavizó la persecución a los judíos y se enfrentó al clero católico. En 710 Muere de muerte natural.
Los seguidores de Witiza subieron al trono a su hijo Agila II (710-716), mientras las facciones más conservadoras eligieron a Rodrigo, duque de la Bética e hijo de Teodofredo, supuesto hijo de Chindasvinto. Así se inició una guerra civil entre los descendientes de Wamba y los de Chindasvinto, devastando lo poco que quedaba del reino visigodo.
En 710 los seguidores de Rodrigo consiguieron expulsar a los leales de Agila II de Toledo, estableciéndose este en la Narbonense y la Tarraconense, donde fue respetado como rey hasta su muerte en 716.
Oppas, obispo de Sevilla y hermano de Witiza, y Sisberto, antiguo opositor, se refugiaron en Ceuta, donde gobernaba el conde Julián, su presunto pariente, y supuestamente el custodio del último reducto visigodo. Oppas y Julián negociaron la ayuda musulmana para restituir en su trono de Toledo a Agila II. La alianza se concretó a principio del 711, aportando estos fuerzas expedicionarias a cambio de abundantes riquezas, su dirigente era Musa o Muza, gobernador del norte de África por delegación del califa de Damasco(2).
Rodrigo (C) httpsnuestrahistoria.esefemerides-1-marzo-don-rodrigo-ultimo-rey-visigodo |
Rodrigo (710-711). El mismo año de su subida al trono, una partida de 500 bereberes al mando del capitán Tarif Ibn Malluk desembarcó en Hispania en un reconocimiento militar, volviendo al norte de África con un cuantioso botín. En el 711 Rodrigo moviliza a su ejército para parar la sublevación vascona cerca de Pamplona, aprovechando los musulmanes y sus aliados para iniciar la invasión. En abril de 711, cuatro naves del conde Julián cruzaron el estrecho con miles de musulmanes comandados por Tariq Ibn Ziyad, lugarteniente de Musa, desembarcando en la montaña Tariq (Gibraltar), en total eran 7.000 guerreros berberiscos. Llegadas las noticias a la Bética, un supuesto sobrino de Rodrigo, Bencio, intentó detener a los musulmanes pero fue derrotado estrepitosamente. Las noticias pronto llegaron al norte donde se encontraba Rodrigo luchando contra los vascones, volviendo apresuradamente y reclutando en su marcha a los efectivos disponibles. Rodrigo dispondría alrededor de 40.000 efectivos, incluidas las tropas de Oppas y Sisberto, y los musulmanes serían los 7.000 llegados al principio, más otros 5.000 llegados posteriormente, que junto a los tropas auxiliares de Witiza, judíos, etc. harían unos 20.000 hombres.
Entre el 19 y 26 de julio de 711, los ejércitos fueron acercándose hasta llegar a Wadi Lakkah, en la actual provincia de Cádiz, hipotéticamente en las riberas del rio Guadalete. Rodrigo tomó la posición central del ejército, dejando los flancos a las tropas de Oppas y Sisberto. Iniciado el combate, estos últimos convencieron a otros nobles visigodos de pasarse a su bando, dejando sólo a Rodrigo sin tropas para defender sus alas, esto fue aprovechado por los musulmanes que rodearon a las tropas visigodas consiguiendo una aplastante victoria. De Rodrigo no sabemos exactamente su paradero, pero tal vez escapara de la batalla y se retirara a la Lusitania, donde moriría.
Es curioso que un nieto de Rodrigo, Ben Abd Al Aziz Omar, llegara a ser califa de Damasco de 717 al 720.
A Agila II, los musulmanes le propusieron la devolución de las villas incautadas por la monarquía anterior, pero este no acepto las migajas.
Muerto Agila II en el 716, le sucedió su hermano Ardabasto (716-720) o Ardón, que mantuvo su dominio sobre zonas específicas de la Tarraconense y la Septimania, pero a su muerte en el 720, ningún otro gobernante visigodo asumió el trono.
Únicamente Pelayo, hijo del duque Favila, y por tanto primo de Rodrigo, supo aguantar en las montañas cántabro-asturianas a los musulmanes, provocando la famosa batalla de Covadonga en el 718(2).
Batalla de Guadalete (C) Bernardo Blanco. Museo del Prado |
Con la derrota de la batalla de Guadalete, desapareció el reino visigodo de Toledo. Habían pasado 316 años de existencia de los reinados visigodos, desde que a Alarico I le nombraron rey en 395, pasando por el reino arriano de Tolosa, arriano de Toledo y católico de Toledo, para desembocar tras 34 reyes, en su desaparición por luchas internas de dinastías, noblezas y cleros ambiciosos.
Algunos autores consideran que Rodrigo no fue el último rey visigodo, sino que lo fue el dux Teodomiro, que en el momento de la derrota de Guadalete gobernaba la provincia Cartaginense…
Pero esto será otra historia...
BIBLIOGRAFÍA.
(1) Los bárbaros en Hispania. Palacés histórico 2023.
(2) La aventura de los godos. Juan Antonio Cebrián. La Esfera de los Libros. Historia. 2002. Pág. 114-219.
(3) La España visigoda 409-711. Roger Collins. Editorial Crítica. 2005. Pág. 122, 146-147, 158-162, 176-177.
(4) Leovigildo contra el Imperio Romano. José Soto Chica. Desperta Ferro n.º 73. Septiembre-Octubre 2022. Pág. 13-17.
(5) Suintila. Real Academia de la Historia.
https://dbe.rah.es/biografias/8433/suintila
(6) Breve historia del Imperio Bizantino. David Barreras y Cristina Durán. Ediciones Nowtilus S.L. 2010. Pág. 65, 86-90.
(7) La presencia bizantina en Hispania (Siglos VI-VII). La documentación arqueológica. Jaime Vizcaíno Sánchez. Universidad de Murcia. Área de Historia Antigua. 2009. Pág. 33, 49, 51, 65, 67, 89, 127-128.
(8) Visigodos y bizantinos en la crónica mozárabe. M.ª José Bravo Bosch. El legado de Roma y Bizancio en el sureste de Hispania. Editorial Universidad de Almería. 2015. Pág. 157.
(9) Historia de Ceuta / Historia de las Islas Baleares. Wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Ceuta
https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_las_Islas_Baleares
© ANDRÉS SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ 2023
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