lunes, 20 de enero de 2025

LAS DESAMORTIZACIONES DEL SIGLO XIX EN ZURGENA: 1ª PARTE: 1842-1853

1. Introducción

    El modelo de crecimiento del Antiguo Régimen se basó en la exportación y reexportación de manufacturas y granos hacia América, y en el abastecimiento de materias primas a los centros de población más importantes; en contrapartida llegaban remesas continuas de metales preciosos que sirvió para reproducir este sistema político, pero que limitó la generación de las mismas relaciones de mercado. El bloqueo inglés de finales del XVIII, y sobre todo la independencia de los países latinoamericanos terminó con el mercado colonial, e hizo necesaria la búsqueda de mecanismos de reproducción del capital acumulado. Llegando a la conclusión que la desamortización era la única salida a la crisis de la Hacienda Real(1).

2. Definición

    Se entiende por desamortización, el conjunto de medidas tomadas por el poder político con objeto de liberar la propiedad acumulada en determinadas manos (manos muertas*), y entregarla a una explotación sin más trabas y limitaciones que las del derecho común(2) con objeto de conseguir recursos para sanear la Hacienda Pública(3).
    Aunque no existen estadísticas precisas del régimen de tenencia de la tierra en esta época, se puede considerar que la mitad de las tierras cultivadas pertenecían a la iglesia y a la nobleza, y aunque estas tenían bienes libres, la inmensa mayoría correspondía a propiedades vinculadas a través de mayorazgos y de la amortización eclesiástica, fuera del circuito comercial y con prohibición de venderse(4).

3. Primeros intentos de desamortización: finales del siglo XVIII

    La primera idea de desamortización la dio Pedro Rodríguez Campomanes en su obra “Tratado de la regalía de la amortización” en 1765. En ella el jurista, político e historiador, disertó sobre la idea que los emperadores cristiano y reyes de España tuvieron y mantuvieron siempre la regalía de impedir las ilimitadas enajenaciones de bienes raíces en iglesias, comunidades y otras manos muertas; e insiste en la necesidad de poner remedio a estas adquisiciones que hacen peligrar la prosperidad material de la nación. Proponiendo una ley que impidiese las amortizaciones futuras.    
    Esta idea ya fue aplicada (o por lo menos se intentó su aplicación) por Carlos III (#1759-1788) en la Cédula de 10 de marzo de 1763, diciendo “He resuelto que por ningún concepto se admitan instancias de manos muertas para la adquisición de bienes, aunque vengan vestidas de la mayor piedad y necesidad”(5).
    El segundo escrito relativo a la desamortización es el informe elaborado por Gaspar Melchor de Jovellanos en 1793 por encargo de la Sociedad Económica de Madrid para enviarlo al Real Supremo Consejo de Castilla dentro de la ley agraria.
En este informe Jovellanos indica que para fomentar la agricultura, uno de los más importantes impedimentos políticos es la amortización. Debiéndose reducirse a propiedad particular los baldíos, las tierras concejiles, los montes y las propiedades amortizadas(6).

GODOY
© Wikipedia. Agustín Esteve. Instituto de Arte de Chicago

4. La desamortización de Godoy: 1798

    En 1798, durante el reinado de Carlos IV (#1788-1808), debido a los grandes gastos que el estado tenía por los enfrentamientos militares con Francia, Portugal e Inglaterra, el Estado produce una emisión de Deuda Pública, sufragada por el valido Godoy relacionándola con el proceso de desamortización(7). De este modo se inició la primera de las desamortizaciones eclesiásticas, al ponerse en venta bienes raíces pertenecientes a casas de beneficencia, hermandades, obras pías y patronatos legos, imponiendo su precio en la caja de amortización al 3%(8) con la proclamación del Real Decreto de 19 de setiembre de 1798(9). La desamortización fue suspendida en 1808 por la Junta Central, alcanzándose un valor aproximado de 1.600 millones de reales. Según R. Herr, se vendió la sexta parte de los bienes de la iglesia, principalmente en las provincias de Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada, Salamanca y Madrid. Señalando que el trasvase de propiedades por la venta acentuó la estructura existente, siendo adquiridos los bienes por los ya propietarios(8).
    En Andalucía la estructura funcional agrícola de 1797, según Canga Argüelles, era del 16,5% de las tierras cultivadas correspondientes a manos vivas, el 51,4% pertenecían a los señores, y el 32% a manos muertas. Estas eran arrendadas a colonos labradores con escaso capital técnico y mano de obra familiar, siendo una renta feudal de pago en especie o dinero, careciéndose generalmente de mano de obra asalariada(10).
    Por lo que respecta a Almería, se vendieron 431 fincas por valor de 2.620.774 rs.(11). Desconocemos si alguna de ellas fue en nuestro pueblo.

5. Las desamortizaciones de 1808 a 1823

    La abdicación en mayo de 1808 del rey Carlos IV, supuso el comienzo de la ocupación francesa. Napoleón Bonaparte nombra a su hermano José Bonaparte como rey de España. Napoleón, mandó reducir el número de conventos a una tercera parte de los existentes; y José I Bonaparte (#1808-1813) suprimió todas las órdenes religiosas, ocupando los bienes que estas poseían, apoderándose de las muchas riquezas y tesoros de la iglesia, aplicándose su venta a la extinción de la deuda pública, pero lógicamente en beneficio de los partidarios del nuevo monarca(12).
    Las Cortes de Cádiz de 1812-1813 acuerdan en junio de 1812 incorporar al patrimonio del Estado todos aquellos bienes de órdenes religiosas disueltas por José I. Aunque esta medida tenía un carácter temporal, supuso enlazar dos cuestiones separadas: la reforma del clero y la desamortización de sus bienes. Además de decretar el 13 de diciembre de 1813 el paso de los bienes pertenecientes a la Inquisición al patrimonio nacional(13).
    A partir de la salida de Bonaparte de España tras el tratado de Valençay en diciembre de 1813, el nuevo monarca Fernando VII (#1813-1833) o más bien la Junta Central de desamortización, suprime las instituciones religiosas de menos de 12 religiosos profesos, declarándose hipoteca de la Deuda Pública las temporalidades(*) de los jesuitas, las de la Orden Militar de San Juan, las fincas de los mayorazgos del resto de las órdenes, y el sobrante de las rentas de los conventos. Pero la imposición del absolutismo por Fernando VII en 1814 supone la devolución de la casi totalidad de los bienes que les habían sido confiscados(14).

FERNANDO VII
© Vicente López Portaña. 1841. Museo Nacional del Prado

    Durante el Trienio Liberal (1820-1823), se restablece la legislación desamortizadora de las Cortes de Cádiz de 1812(15), suprimiéndose los monasterios de órdenes monacales, los canónigos regulares y los conventos de las órdenes militares por el decreto de 1 de octubre de 1820(16). Ampliándose la expropiación a numerosos bienes eclesiásticos, destinándose todo a la amortización de la deuda pública. De este modo, durante este periodo quedaron suprimidos la mitad de los conventos y monasterios, para que se procediera a su tasación y venta. Finalmente no se pudo llevar a cabo por falta de tiempo, lo poco desamortizado en este periodo, sobre todo en las ciudades, favoreció a la burguesía urbana(14).
    En la comarca del bajo Almanzora se vendieron 22 fincas, siendo los mayores compradores Juan Antonio Orozco (16 fincas) y Juan Antonio Fernández (4 fincas)(17).
    Pero el comienzo de la Década Ominosa o segunda restauración del absolutismo (1823-1833) supuso el restablecimiento del medio diezmo y el mandato de reponer los institutos religiosos al ser y estado que tenían en 1820(18).

6. La desamortización civil

    A la vez que la desamortización eclesiástica, también se intentó la civil, centrada en la enorme masa de bienes propios que poseían los pueblos y que el estado fue gravando progresivamente. Así en 1813 se acordó que las Diputaciones Provinciales propondrían los terrenos que cada pueblo debía de conservar y cuales serían vendidos y cuando. Este decreto antes de llegar a ponerse en práctica, fue anulado en 1814.
    Pero de nuevo con la entrada de la Constitución de 1812 en el año 1820 se restableció el decreto de 1813, pero con la salvedad que serían los pueblos los que efectuarían el reparto. Se intentó de nuevo poner en práctica, incluso mejorada con una ley en 1822, quedando suspendida en junio de este mismo año con la llegada de Fernando VII y la década ominosa(19).

7. La desamortización de Mendizábal (1836-1844)

    Tras la muerte de Fernando VII en 1833, se produce el problema sucesorio entre su hermano Carlos María Isidro de Borbón (carlistas) y la regente María Cristina de Borbón, regidora de su hija, la reina Isabel II (#1833-1868) (isabelinos), desembocando en la primera guerra carlista (1833-1840).
El apoyo de parte del clero a la causa rebelde (carlistas), supuso la recaudación de las temporalidades ocupadas a los eclesiásticos por motivo de infidelidad(20).
    Juan de Dios Álvarez y Méndez, “Mendizábal” (1790-1853), político y hombre de negocios liberal, había sido condenado a muerte por haber participado en el Alzamiento de Cabezas de San Juan, emigrando a Inglaterra. Fue llamado en junio de 1835 para hacerse cargo del ministerio de hacienda, pero una vez en Madrid se le encargó que se hiciera cargo del gobierno, puesto que aceptó.
    Su labor comenzó con la disposición del 19 de febrero de 1836 que declaró en venta todos los bienes que hubieran pertenecido a las corporaciones religiosas suprimidas; quedando eliminados todas las corporaciones de barones, y permitiendo sólo las de monjas de más de 20 religiosas profesas y una sola congregación por población(21).
    Durante la regencia de Espartero (1840-1843) se declararon en venta todas las fincas, derechos y acciones del clero secular(*) aprobado en la Ley de 2 de septiembre de 1841(22). Esto relanzó la desamortización, llegando a venderse hasta 1841, 9.741 fincas por valor de aproximadamente 320 millones de reales; siendo el año cumbre de la desamortización 1843, alcanzándose un importe total de 850 millones.
    En el transcurso de la desamortización de Mendizábal se vendieron aproximadamente el 62% de las posesiones del clero; quedando un 38% sin vender, correspondiendo un 75% al clero secular, y el resto al regular(*)(23).
    Con respecto a la provincia de Almería entre el periodo de 1836 a 1845 tendríamos los siguientes resultados:
* Número de fincas vendidas: 1.136          * Valor de tasación: 11.116.880 rs.
* Valor en venta: 17.043.590 rs.                 * % nacional: 0,49
* Cotización: 153, 3                                       * % provincial. Rústicas: 92,86
* % provincial. Urbanas: 7,14                     * % nacional. Rústicas: 0,65
* % nacional. Urbanas: 0,12(24)
    Ligeramente diferente a los datos aportados por Navarro Godoy para el periodo 1838-1849:
* Número de fincas puestas en venta: 2.612
* Fincas vendidas (% total): 1.869 (71,55%)
* Valor global de la tasación: 11.133.462 rs.
* Tasación de lo rematado: 9.178.938 rs (82,4%)
* Valor de lo rematado: 16.311.737 rs.
* Revalorización: 177,7%(25)
    En cuanto a los compradores, es fácil de suponer que fueron los burgueses. La clase adinerada formada por antiguos rentistas y propietarios consolidados, terratenientes, funcionarios militares, empleados de oficinas de desamortización, profesionales liberales, etc. supusieron la inmensa mayoría de los compradores, no dando opción a la clase pobre y con escasos bienes en el campo a adquirir propiedades(26). Por tanto el cambio jurídico del régimen de propiedad reforzó el monopolio de la tierra, para continuar siendo una forma de generar rentas(27).
    Es destacable también la forma de compra en grupo para después realizar el reparto; y la participación de la nobleza en las compras(14).

MENDIZÁBAL
© Wikipedia

8. La desamortización del Gobierno Moderado (1844-1854)

    En 1844 se derogan las disposiciones vigentes en época anterior dada la oposición del partido conservador de llevar adelante la desamortización eclesiástica(28). Hasta que en abril de 1845, Narváez ordenó la devolución al clero de los bienes no vendidos o que se hubiesen declarado en quiebra(29). El gobierno conservador dictó disposiciones conciliadoras hasta llegar al Concordato con la Santa Sede en 1851, con la idea que las manos muertas pierdan sus propiedades inmuebles, pero que sean indemnizadas con bienes muebles(30). Siendo un bien inmueble, los bienes que no se pueden transportar de un lugar a otro (ej. tierras) y muebles, los que se pueden llevar (ej. esculturas).
    En Almería, los más importantes inversores fueron José Jover (Almería) con 1.180.000 rs. y Francisco Orozco Jerez (Vera) con 1.058.144 rs., siendo este también el que mayor número de fincas compró: 70(31).

9. La desamortización en Zurgena (1842-1853)

    Como se ha podido comprobar el proceso desamortizador en Almería no fue muy importante, no llegando al 1% nacional. Del mismo modo parece ser el de nuestro pueblo. No hemos encontrado datos de las desamortizaciones de Carlos III, Carlos IV (Godoy), José I, del Trienio Liberal ni de la Década Ominosa referente a Zurgena, cierto es que nuestra documentación se ha referido solo a los datos obtenidos en el Boletín Oficial de la Provincia de Almería custodiados por la Diputación Provincial de Almería, visibles a partir de junio de 1835, aunque de creación bastante anterior.
    De este modo, hemos obtenido los siguientes datos de desamortización de fincas de Zurgena, diferenciados por el año de firma y publicación en el BOPA.

1842

* La primera noticia de desamortización referente a Zurgena que aparece en el BOPA es el 7 de febrero de 1842, haciendo alusión a una nota de las fincas nacionales cuya tasación y venta han sido solicitadas en enero de este año.
En ella aparecen a la venta dos fanegas de tierra de riego en el pago de Tamarchete, correspondiente al beneficio de la misma; todas la fincas rústicas que radican en el término de Zurgena correspondiente a la Sacristía, a la Cofradía de Ánimas y todas las del beneficio(32), pero sin dar nombre de ellas.

* El 6 de junio de este mismo año la Intendencia de la provincia de Almería procede a la subasta en renta de las fincas rústicas pertenecientes al clero secular a efectuar el 3 de julio según la Instrucción de 17 de junio de 1837(L1). En esta se incluye con el n.º 115 unas tierras arrendadas a D. Nicolás Alonso Navarrete de 180 m. en el término de Zurgena(33).

* El 12 de julio de 1842 aparece en el Boletín de la Venta de Bienes Nacionales de la provincia, conforme a la Ley de 2 de septiembre de 1841(L2), las propiedades que se enajenan a petición de parte y que se han tasado y capitalizado, aplicadas a la extinción de la deuda. Las fincas en Zurgena son las siguientes:
Bienes del clero secular.
-Un trozo de tierra de riego de segunda calidad en el pago de Palacés, término de Zurgena. Su cabida cinco celemines, panificables a 360 varas cuadradas cada uno a estilo del país; y cuatro celemines llevados de río, que perteneció a la Cofradía de Ánimas de dicha villa. Paga de renta anual 80 rs. por tiempo ilimitado. Está tasado en 2.200 rs. y capitalizado en 2.400 rs., que es la cantidad en que se saca a subasta.
- Otro trozo de tierra de riego de tercera calidad en el sitio del Olivar [¿Alfoquía?], término de Zurgena, con dos pies de olivo, su cabida un celemín de la misma medida, que perteneció a la Cofradía de la Virgen de dicha villa. Paga de renta anual 9 rs. también por tiempo ilimitado. Está capitalizado en 270 rs. y tasado en 300 rs., (posible error entre cifras), que es la cantidad en que se saca a subasta.
- Un pedazo de tierra de secano en el sitio Llano de las Eras de dicho término, su cabida dos y media fanegas, de 8.640 varas cada una a estilo del país, que perteneció a la Cofradía del Ssmo. de Zurgena. Se le ha graduado la renta de 13 reales anuales. Está tasado en 275 rs. y capitalizado en 390 rs. que es la cantidad en que se saca a subasta.
- Otro trozo de tierra de secano en el Llano de las Perneras en dicho término, que perteneció a la Cofradía del Ssmo. Se le ha graduado por los peritos la renta de 8 rs. anuales. Está tasado en 160 rs. y capitalizado en 240 rs. que es la cantidad en que se saca a subasta(34).

* Parece ser que alguna de las tierras subastadas de Zurgena que fueron de Fábrica(*) mayor, hoy de la Nación, el 13 de julio de 1842 no apareció postor por la cantidad de 180 rs., ya que el día 13, según la Instrucción de 17 de junio de 1837(L1), la Intendencia de la provincia señala una segunda subasta para el 31 del actual, sirviendo de tipo la de 136 rs. sin que se admita menor cantidad(35).

* El 24 de julio del mismo año, la Comisión Principal de Rentas y Arbitrios de Amortización, conforme a la ley de 2 de septiembre(L2), vuelve a dar la orden de subasta por haberse tasado y capitalizado las fincas siguientes de Zurgena, pertenecientes a bienes del clero secular aplicadas a la extinción de la deuda:
- 1º. Una casa cortijo situada en el barranco de los Pinos, paraje de los Cucos, término de Zurgena, su cabida 18 fanegas de tierra de riego eventual a razón de 4.320 varas cada una, y 15 fanegas de secano a razón de 8.640 varas cada una a estilo del país.
- 2º. Un bancal de tierra de riego de primera calidad en la vega de Zurgena, pago del Matorno, su cabida una fanega y 8.334 diez milésimas de otra de la primera medida.
- 3º. Otro bancal de tierra de riego de primera calidad en el mismo pago, su cabida una fanega y 6.459 diez milésimas de la anterior medida.
- 4º. Otro bancal de tierra de riego de primera calidad en el mismo pago, su cabida una fanega y 3.126 diez milésimas de otra de igual medida.
- 5º. Otro bancal de tierra de riego de primera calidad en el mismo pago, su cabida una fanega y 2.084 diez milésimas de otra y de igual medida.
- 6º. Otro bancal de tierra de riego de primera calidad en el mismo pago, su cabida setenta y cinco centésimas de fanega.
- 7º. Otro bancal de tierra de riego de segunda calidad en el mismo pago, su cabida 854.167 milésimas de fanega panificables, y 4.167 diez milésimas de fanega panificables, llevadas de río.
- 8º. Una suerte de tierra de riego de sobrantes claras de la jurisdicción de Arboleas, situada en dicho pago, su cabida tres fanegas y 8.334 diez milésimas de otra.
- 9º. Un trozo de riego de tercera calidad inferior con un parral, 50 cepas de viña y 4 granados, su cabida una fanega y 5 décimas de otra.
- 10º. Un bancal de riego de tercera calidad inferior, situado en el pago de Palacés, de dicho término. Su cabida 1.667 diez milésimas de fanega.
- 11º. Otro trozo de riego de primera calidad en dicho pago, su cabida 2.292 diez milésimas de fanega.
- 12º. Otro trozo de tierra de riego de segunda calidad en dicho pago, su cabida dos fanegas y 5.417 diez milésimas de otra.
Las fincas pertenecieron a la Sacristía de Zurgena, pagan la renta anual de 3.900 rs. y cumple el contrato en fin de septiembre del corriente año. Se han tasado en 80.535 rs. y capitalizado en 117.000 rs., que es la cantidad en que se saca la subasta. Tienen la carga de lo que se les reparta por denso de población(36).

* El 25 de agosto de 1842 la Intendencia fija el 18 de septiembre para la subasta en las Casas Consistoriales de las fincas de cofradías, hermandades, ermitas y santuarios que se citan; correspondiendo a Zurgena las siguientes:
- 191. 4 celemines tierra de riego en el pago de Palacés. Cofradía de Ánimas de Zurgena. 80 m.
- 192. Un pedazo de tierra. Cofradía de Ánimas de Zurgena. 80 m.
- 193 y 194. Unos predios(*) de secano. Cofradía del Santísimo de Zurgena.
- 195. Una suerte de secano. Ermita de San José de Zurgena(37).

BOPA 16-07-1842

1843

* El 28 de febrero de 1843 se publica en el Boletín de la venta de Bienes Nacionales de la provincia la fecha prevista para el sorteo en Almería de la subasta de los bienes de las fincas números del 1532 al 1536 correspondientes a bienes del clero secular, compuesta por doce trozos unidos en el término de Zurgena, pertenecientes a la Sacristía del mismo. La subasta se realizará el 20 de abril de 8 a 9 de la mañana. Son doce piezas en término de Zurgena que tienen de carga 50 reales de censo de población cuyo capital al 33 ⅔ el millar asciende a la cantidad de 1.666 rs. 22 ⅔ mrs. Están arrendadas en 4.000 rs. anuales y vence su arriendo el 30 de septiembre de 1845. Se han tasado en 80.535 rs. y capitalizado en 117.000 rs. que es la cantidad en que se sacan a subasta; según la Instrucción de 15 de septiembre de 1841(L3). Es interesante ver la forma de pago: Esta será en cinco plazos en cuatro años, de esta forma: 10% en metálico, 30% en deuda consolidada a un interés de un 5%; 30% en cupones vencidos a un 3%; y otro 30% en deuda sin interés(38). Los 12 trozos son los anteriormente señalados el 24 de julio de 1842.

* El 31 de mayo de 1843 la Intendencia dispone el remate de las siguientes fincas para el 22 de julio en la casa consistorial de Huércal-Overa. De Zurgena son las siguientes:
- 1538. Un trozo de tierra de riego pago de Palacés, término de Zurgena, en 5 celemines panificables, perteneció a la hermandad de Ánimas de dicho pueblo, su renta anual 80 rs. y vence en la época designada, tasado en 2.200 rs. y capitalizado en 2.400 rs. que es la cantidad a subastar.
- 1539. Otro trozo de tierra de riego de tercera calidad sitio del Olivar de dicho término, con dos olivos y un celemín de tierra, perteneció a la hermandad de la Virgen de dicho pueblo, su renta 9 rs. capitalizado en 270 rs. y tasado en 300 rs. que es la cantidad a subastar.
- 1540. Un pedazo de secano sitio de Las Eras en dicho término, su cabida 2 y media fanegas, su renta 13 rs. tasado en 275 rs. y capitalizado en 390 rs., que es la cantidad a subastar.
- 1541. Otro pedazo de secano en el Llano de las Perneras en dicho término, de 2 fanegas, perteneció a la hermandad del Santísimo, su renta 8 rs. tasado en 160 rs. y capitalizado en 240 rs., que es la cantidad a subastar.
- 1525. Un trozo de tierra de riego tercera calidad, pago del Matorno, término de Zurgena, de 2 fanegas 12 celemines, perteneció al Curato, su renta 507 rs. y vence en ídem, tasado en 10.140 rs. y capitalizado en 12.000 rs. que es la cantidad a subastar.
- 1526. Un trozo de riego de segunda calidad pago de Palacés de dicho término, cabida 14 celemines, perteneció al Curato, su renta 320 rs. vence en ídem. Tasado en 5,194 rs. y capitalizado en 9.600 rs., que es la cantidad a subastar.
- 1527. Otro trozo de riego de primera calidad, pago de Tamarchete, de dicho término, de 2 fanegas, su renta 720 rs. vence en ídem. Tasado en 13.400 rs. y capitalizado en 21.600 rs., que es la cantidad a subastar.
- 1528. Otro trozo de riego de segunda calidad, pago de Palacés, en dicho término, con siete olivos de 18 celemines, perteneció al Curato, su renta 290 rs. y vence en ídem, tasada en 5.400 rs. capitalizada en 8.700 rs. que es la cantidad a subastar.
- 1529. Un trozo de tierra de riego eventual, pago de Tauyoy (¿?) en dicho término con un olivo de 6 celemines, perteneció al Curato, su renta 30 rs. vence en ídem, tasado en 660 rs. y capitalizado en 900 rs., que es la cantidad a subastar.
- 1530. Un huerto de tierra de riego de primera calidad pago de Calafa en dicho término, con varios árboles frutales, de 6 celemines, perteneció al Curato; su renta 120 rs. y vence en ídem, tasado en 2.800 rs. y capitalizado en 3.600 rs. que es la cantidad a subastar.
- 1531.—Una suerte de tierra de secano en dicho término, pago de Cerro Ruiz, de 10 fanegas perteneció al Curato, su renta 57 reales vence en ídem, tasada en 1.140 rs. capitalizada en 1.710 rs. que es la cantidad a subastar.
Todas las fincas de este curato tienen de carga 20 rs. de censo de población(39). Algunas de estas fincas ya estaban en subasta en años anteriores.

* El 4 de noviembre de 1843 la Intendencia dispone que se subasten el 7 de diciembre las fincas subastadas el 27 de junio y que no tuvieron postor.
Las fincas son las siguientes:
- 1525. Un trozo de tierra de riego tercera calidad pago del Matorno capitalizado en 12.000 rs. y apreciado en 10.000 rs.
- 1526. Otro trozo de tierra de riego de segunda calidad pago de Palacés capitalizado en 9.600 rs. y apreciado en 5.494 rs.
- 1527. Otro trozo de tierra de riego de primera calidad pago de Tamarchete, capitalizado en 21.600, y apreciado en 13.400 rs.
- 1529. Otro trozo tierra de riego eventual pago de Tanlloy ¿? capitalizado en 900 rs. y apreciado en 660 rs.
- 1530. Un huerto tierra de riego de primera calidad pago de Calafa capitalizado en 3.600 rs. y apreciado en 2.800 rs.
- 1531. Una suerte tierra de secano en dicho término pago de Cerro Ruiz, capitalizado en 1.710 rs. y apreciado en 1.140 rs.
Todas las expresadas fincas del Curato tienen la carga de 20 rs. anuales por censo de población(40).
Es decir, se volvieron a subastar las fincas no vendidas, rebajando ahora el precio de capitalización.

1846

* El 13 de julio de 1846 la Intendencia designa el 16 de agosto próximo para la subasta en las casas consistoriales de las fincas que finalizan su arrendamiento. En Zurgena serían las siguientes:
- 191. Cuatro celemines de tierra de riego, pago de Palacés. Zurgena. Ánimas. Renta anual: 80 rs. Vencimiento fin de diciembre.
- 192. Un pedazo de tierra proindivisa con la de la Virgen. Zurgena. Renta anual: 9 rs. Sin arrendar.
- 193. Otro pedazo de tierra de secano como de dos fanegas en el Llano de las Eras. Zurgena. Cofradía del Santísimo. Renta anual: 20 rs. Sin arrendar.
- 194. Un pedazo de tierra como de una y media fanegas en Las Rellanas del Cucador. Zurgena. Cofradía del Santísimo. Renta anual: 16 rs. Sin arrendar.
- 195. Una suerte de secano de cabida de cuatro o cinco fanegas en el barranco de los Pinos. Zurgena. Ermita de San José. Renta anual: 50 rs. Sin arrendar(41).

1849

* El 23 de mayo de 1849 la Intendencia señala el 16 de junio para una nueva subasta de arrendamiento de las fincas del Estado en los ayuntamientos de la provincia ante el Sr. Intendente y el Sr. Alcalde de Zurgena. En nuestro pueblo se subastarán las siguientes fincas, siendo parte de las subastadas en 1846:
- Dos fanegas de tierra de secano en el Llano de las Eras, que fue de la Cofradía del Santísimo, estaba dado al partido del sexto(*) y se admiten proposiciones ad libitum(*) para su arriendo.
- Una y media fanega de tierra en las Rellanas del Cucador, que fue de la Cofradía del Santísimo, se halla sin uso reproductivo al Estado y se admiten proposiciones ad libitum para su arriendo.
- Una suerte de tierra de secano de cinco fanegas, Barranco de los Pinos, que fue de la Ermita de San José, se halla sin uso reproductivo al Estado y se admiten proposiciones ad libitum para su arriendo(42).

BOPA 30-05-1849

1853

* El Obispado de Almería, el 1 de agosto de 1853, cumpliendo lo dispuesto por S. M. en el Real Decreto de 9 de diciembre de 1851(L4), procede a la venta de los bienes devueltos al clero en virtud del último concordato. Se sacan a subasta para su remate al mejor postor a realizar los días 20 y 24 de octubre de 1853. En Zurgena son:
- Una hacienda de 4 celemines de riego, pago de Palacés, de Ánimas, valuada en 2.700 reales y 90 rs. en renta.
- Un pedazo de tierra proindivisa con la de la Virgen de Zurgena, de Ánimas, valuada en 300 rs.
- Un secano de 2 fanegas, Llano de las Eras, en Zurgena, de la Cofradía del Santísimo, valuado en 666 reales 22 mrs. y 20 rs. en renta.
- Un pedazo de tierra de fanega y media en las Rellanas de Cucador, del Santísimo, valuado en 500 rs. y 15 rs. en renta.
- Un secano de 4 o 5 fanegas en el barranco de los Pinos, de la ermita de S. José, valuado en 1,666 rs. 22 mrs. y 50 rs. en renta(43).
Es decir, las cinco fincas que se habían desamortizado a las cofradías y ermitas de Zurgena que se venían subastando desde comienzos de los gobiernos moderados.

10. Resumen

    En Zurgena se comenzaron a subastar en 1842 las propiedades del Beneficio, de la Sacristía y del clero secular: Cofradía de las Ánimas, Cofradía de la Virgen, Cofradía del Santísimo y de la Ermita de San José; con pertenencias en el pago de Tamarchete, Palacés, el Olivar (posiblemente la Alfoquía), Llano de las Eras (Palacés) y Llano de las Perneras.
    Posteriormente se subastan las 12 pertenencias de la Sacristía en los pagos del Matorno, barranco de los Pinos y Palacés. Para terminar 1842 con la subasta de propiedades de Ánimas en Palacés, del Santísimo en el Llano de las Eras y la Rellana del Cucador; y de la ermita de San José en el barranco de los Pinos.
    En 1843 se vuelven a subastar las 12 propiedades de la Sacristía; varias del clero secular de las ya subastadas; incluyéndose ahora las del Curato en los pagos del Matorno, Palacés, Tamarchete, Tauyoy (¿?), Calafa y Cerro Ruiz. Para volverse a subastar las del curato unos meses después a finales de año.
    Tendría que llegar 1846 para que se vuelvan a subastar las 5 pertenencias de las cofradías, algunas de ellas se volverían a rematar en 1849, para ser de nuevo subastadas en 1853.
    Según nuestros cálculos, durante el periodo de 1842 a 1853 se desamortizaron en Zurgena, 1 casa cortijo, 42 fanegas de tierra de riego y 32 fanegas de tierras de secano.

    Es difícil hacer una comparativa con las propiedades que el clero tenía en nuestra localidad en esa época para saber exactamente si se desamortizaron todas las propiedades o quedó alguna pendiente.
Sólo tenemos datos del Catastro de Ensenada de 1752, pero en ellas las propiedades del clero regular no están bien definidas, y no se distinguen claramente las propiedades patrimoniales de las del beneficio.
- Con respecto a la Sacristía, si aparecen 4 propiedades en el pago del Matorno, y una en Calafa de regadío no reseñada; igual ocurre con las fanegas de secano en la Perulera que no aparecen desamortizadas.
- En relación al clero secular, en el catastro de Ensenada aparecen la Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción, y la Hermandad y Capilla de San Antonio de Padua que no tienen tierras para desamortizar.
- Sin embargo, la Hermandad del Santísimo Sacramento si tenía en 1752 tierra de secano en el Caño de las Horas, pero no creemos que corresponda con el desamortizado del Llano de la Eras.
- Para terminar, decir que la Hermandad de las Benditas Ánimas si aparece en el Catastro de Ensenada con posesiones en la Alfoquía, Calafa y Palacés, pero difícilmente se pueden relacionar con las desamortizadas, tal vez solamente la de Palacés.
    En resumen, habían pasado casi 100 años desde Ensenada a la desamortización, y las propiedades podrían haber cambiado de manos, o tal vez, haber sido desamortizadas antes.

VOCABULARIO

* AD LIBITUM (DRAE): A gusto, a voluntad.
* CLERO REGULAR (DRAE): Clero que se liga con los tres votos religiosos de pobreza, obediencia y castidad.
* CLERO SECULAR (DRAE): Clero que no hace votos de pobreza, obediencia y castidad.
* FÁBRICA (DRAE): En las iglesias, renta o derecho que se cobraba para repararlas y costear los gastos del culto divino / Fondo que solía haber en las iglesias para repararlas y costear los gastos del culto divino.
* MANOS MUERTAS (1): Poseedores de una finca en que se perpetúa un dominio por no poder enajenarla; caso de comunidades religiosas, concejos y mayorazgos.
* PARTIDO (2): Trato entre el dueño y el colono de una finca, según el cual este hace todos los gastos del cultivo, y el primero se reserva una parte fija de los productos en especie. (DEL SEXTO): En este caso sería que un sexto de la parte de fruto correspondería al dueño.
* PREDIO (DRAE): Heredad, hacienda o posesión inmueble.
* TEMPORALIDADES (3): Bienes muebles, inmuebles, y rentas que dejó la Compañía de Jesús después de su expulsión de España en 1767 por Carlos III.

DRAE: Diccionario de la Real Academia Española.
(1) El problema de la desamortización en España. Joaquín Sanmartín Monaj. Cuadernos de Aragón N.º 21. 1990. Pág. 147.
(2) La crítica pionera del diccionario académico. El manuscrito sobre las voces murcianas (1888) E. Saavedra. José Luis Aliaga Jiménez. Nueva revista de filología hispánica. Tomo 47, N.º 2. 1999. Pág. 355.
(3) Las temporalidades jesuitas. Aproximación al funcionamiento administrativo después de al expulsión de la Compañía de Jesús en 1767. Carlos Alberto Martínez Tornero. Esteban de Terreros y Pando: vizcaíno, polígrafo y jesuita. III Centenario: 1707-2007. Universidad de Deusto. Bilbao, 2008. Pág. 537.

LEYES

(L1) Instrucción 1837, 17 de junio. Dictamen sobre diezmos y primicias.
R.D. 29 de julio de 1837. Reina Gobernadora M.ª Cristina de Borbón.
(L2) Ley 1841, 2 de septiembre. Desamortización de bienes del clero secular. Regente Baldomero Espartero.
(L3) Instrucción 1841, 2 de septiembre (BOPA 15-09-1841). Ejecución de la ley sobre enajenación de los bienes del clero. Regente Baldomero Espartero.
(L4) R.D. 1851, 9 de diciembre. Venta de bienes devueltos al clero. Isabel II.

BIBLIOGRAFÍA

(1) Estancamiento agrario y desamortización en Andalucía (1820- 1823). Manuel González de Molina. Agricultura y sociedad N.º 30. 1984. Págs. 173-174.
(2) La desamortización española del siglo XIX. Francisco Simón Segura. Papeles de economía española. N.º 20. 1984. Pág. 74.
(3) El problema de la desamortización en España. Joaquín Sanmartín Monaj. Cuadernos de Aragón N.º 21. 1990. Pág. 147.
(4) Ibídem. El problema de la desamortización en España. Pág. 148.
(5) Vicisitudes de la propiedad eclesiástica en España durante el siglo XIX. Manuel González Ruiz. Revista Española de Derecho Canónico. Vol. 1. N.º 2. 1946. Págs. 385 y 386.
(6) Ibídem. Vicisitudes de la propiedad eclesiástica… Págs. 386 y 387.
(7) Ibídem. El problema de la desamortización en España. Pág. 154.
(8) Ibídem. La desamortización española… Pág. 75.
(9) Ibídem. Vicisitudes de la propiedad eclesiástica… Pág. 389.
(10) Ibídem. Estancamiento agrario y desamortización… Pág. 175.
(11) La desamortización de Madoz en la provincia de Almería (1855- 1936). Juan Pedro Vázquez Guzmán. Tesis doctoral. Departamento de Economía Aplicada. Universidad de Almería. 2011. Pág. 62.
(12) Ibídem. La desamortización española… Pág. 76.
(13) La desamortización de Mendizábal: causas y consecuencias. Ignacio Cortiñas Aranzábal. Facultad de Derecho. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2020. Pág. 17.
(14) Ibídem. La desamortización española… Págs. 77-78.
(15) Ibídem. El problema de la desamortización en España. Pág. 156.
(16) Ibídem. Vicisitudes de la propiedad eclesiástica… Pág. 393.
(17) Ibídem. La desamortización de Madoz... Pág. 64.
(18) Ibídem. La desamortización española… Pág. 79.
(19) Ibídem. La desamortización española… Págs. 79-80.
(20) Ibídem. La desamortización española… Págs. 80-81.
(21) Ibídem. La desamortización española… Págs. 81-84.
(22) Ibídem. Vicisitudes de la propiedad eclesiástica… Pág. 397.
(23) Ibídem. La desamortización española… Págs. 83-84.
(24) Ibídem. La desamortización española… Pág. 85.
(25) Ibídem. La desamortización de Madoz... Pág. 67.
(26) Ibídem. La desamortización española… Pág. 91.
(27) Ibídem. Estancamiento agrario y desamortización… Pág. 193.
(28) Ibídem. El problema de la desamortización en España. Pág. 159.
(29) Consecuencias sociales y económicas de la desamortización almeriense. Mario J. Navarro Godoy. Boletín del Institutos de Estudios Almerienses. Letras N.º 4. 1984. Pág. 132.
(30) Ibídem. Vicisitudes de la propiedad eclesiástica… Pág. 389.
(31) Ibídem. La desamortización de Madoz... Pág. 69.
(32) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 13. Intendencia de la provincia. Amortización. N.º 14. Miércoles, 2 de marzo de 1842. Pág. 2.
(33) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 44. Intendencia de la provincia de Almería. Amortización. Sábado, 18 de junio de 1842. Pág. 3.
(34) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 52. Intendencia de la provincia de Almería. Amortización. N.º 21. Sábado, 16 de julio de 1842. Pág. 4.
(35) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 54. Intendencia de la provincia. Amortización. N.º 59. Sábado, 23 de julio de 1842. Pág. 3.
(36) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 56. Suplemento. Comisión Principal de Rentas y Arbitrios de Amortización. Sábado, 30 de julio de 1842. Pág. 3.
(37) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 66/68. Intendencia de la provincia de Almería. Amortización. Sábado, 3 / miércoles, 14 de septiembre de 1842. Pág. 4.
(38) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 18. Suplemento. Boletín de la venta de bienes nacionales de la provincia. N.º 77. Sábado, 4 de marzo de 1843. Pág. 1.
(39) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 45. Suplemento. Intendencia. N.º 204. Miércoles, 7 de junio de 1843. Págs. 2 y 3.
(40) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 81. Suplemento. Boletín de Bienes Nacionales. N.º 372. Miércoles, 8 de noviembre de 1843. Págs. 1 y 2.
(41) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 61/63. Suplemento. Intendencia Bienes Nacionales. Sábado, 25 de julio/1 de agosto de 1846. Págs. 4 y 5.
(42) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 65. Intendencia N.º 287. Miércoles, 30 de mayo de 1849. Pág. 4.
(43) Boletín Oficial de la Provincia de Almería. N.º 96. Obispado de Almería, circular núm. 734. Viernes, 12 de agosto de 1853. Pág. 4.
        Gaceta de Madrid. N.º 225. Obispado de Almería. Sábado, 13 de agosto de 1853. Pág. 3.

                                    © ANDRÉS SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ 2025

miércoles, 8 de enero de 2025

ESTADÍSTICAS CLIMÁTICAS PALACÉS 2024

Estadísticas climáticas durante el año 2024 en Palacés (Zurgena):


Resumen año 2024:


- Como se puede comprobar en la imagen, el día más caluroso fue el 1 de agosto con 39,8ºC, y el más frío el 8 de enero con 2,5ºC. El mes más caluroso fue julio con una media de 34,2ºC; y el más frío diciembre con 18,9ºC.

- La precipitación total ha sido de 134,9 l/m²., siendo el mes más lluvioso octubre con 43,2 l/m².

- Tuvimos 1 día de tormenta, 20 de calima y 45 de viento, llegando a un máximo de 100 km/h. el 10 de febrero.


Comparativa temperaturas 2024, 2023 y 2022:


- Podemos comprobar que la temperatura máxima registrada en 2024 (1 de agosto) fue de 39,8ºC, sensiblemente inferior en 3,3ºC a los 43,1ºC de 2023 y en 2,2ºC a los 42ºC de 2022. Con respecto a la temperatura máxima media, ha descendido 0,1ºC pasando de 32,2ºC a 32,1ºC, mientras que en 2022 fue de 31,0ºC.

- La temperatura máxima mínima se registró el 12 de enero con 11,8ºC, siendo en los dos años anteriores de 7ºC. La temperatura máxima mínima media ha aumentado en 0,4ºC, pasando de 19,1 a 19,5ºC, mientras que el 2022 fue de 18,5ºC.

- La temperatura mínima de este año ha sido de 2,5ºC, siendo en 2023 de -0,9ºC. La mínima máxima fue de 12,0ºC, sensiblemente superior a los 7,8ºC de 2023.

Las medias han aumentado ambas, la mínima máxima en 1,ºC, y la mínima en 1,5ºC.


Comparativa lluvia 2024, 2023 y 2022:


- El año 2024 ha sido especialmente escaso en precipitaciones, siendo el total de 134,85 l/m²; inferior en 202,85 l/m² a 2023, y 313,46 l/m²; siendo el día más lluvioso el13 de noviembre con 23,7 l/m².

- El total de días lluviosos fueron de 15, igual que en 2023, e inferior en 39 días a 2022.

                    (C) ANDRÉS SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ 2025

lunes, 6 de enero de 2025

FARAX, EL NEGRO “ZURGENERO”

"El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele".
Marco Aurelio



    Había nacido Farax Abén Farax en la prestigiosa familia de los Abencerrajes granadinos, pero cayeron en desgracia durante el reinado de Abu Nasr Saad. El día de la abdicación de este, sus hijos Muley Hacén y el Zagal citaron a varios de sus familiares asesinándoles en la Alhambra. Desde entonces al salón se le llama de los Abencerrajes.
    Su infancia se desarrolló en el Albaicín entre las vivencias propias de una niñez acomodada y los recuerdos de la muerte de su abuelo por los nazaríes. La juventud de Farax se radicalizó con la represión inquisitorial a sus correligionarios moriscos; y ya en su madurez, con la aplicación de la pragmática de Felipe II, donde se prohibía hablar en arábigo, vestir a lo morisco y un largo etcétera que les obligaba a dejar todas sus costumbres islámicas y convertirse al catolicismo. Abén Farax era un ferviente y practicante musulmán que no aceptó de buen grado estas leyes, propiciando un odio exacerbado a los cristianos y sobre todo al clero.
    El oficio del rico morisco era el de comerciante de tinte de arrebol, un cosmético de color rojizo que las mujeres se aplicaban en las mejillas para darse color; pero la aplicación de la pragmática trastocó sus planes haciendo que su comercio entrara en quiebra al prohibir tener esclavos negros, imprescindibles para llevar a cabo su negocio.

    En septiembre de 1568 se reunieron en el Albaicín, en casa del cerero el Adelet, los principales jefes de las familias granadinas: Hernando de Válor el Zaguer, Diego López Abén Abóo, Miguel de Rojas, Farax Abén Farax, y otros personajes influyentes, incluidos algunos monfís llegados de las Alpujarras como Esteban el Partal y Lope el Seniz.
    Comenzó hablando el instigador de la reunión, don Hernando de Válor el Zaguer, hombre de gran autoridad y entendido en cosas del reino y de su ley:
    -Los moriscos somos tratados y tenidos como moros entre los cristianos para ser menospreciados, y como cristianos entre los moros para no ser creídos ni ayudados. Excluidos de la vida y conservación de personas, nos mandan que no hablemos nuestra lengua. No entendemos la castellana: ¿En qué lengua tendremos de comunicar los conceptos, y pedir o dar las cosas? Aun a los animales no se vedan las voces humanas. ¿Quién quita que el hombre de lengua castellana no pueda tener la ley del Profeta, y el de la lengua morisca la ley de Jesús? Llaman a nuestros hijos a sus congregaciones y casas de letras, les enseñan artes que nuestros mayores prohibieron aprenderse, porque no se confundiese la puridad, y se hiciese litigiosa la verdad de la ley.
El anciano, casi con lágrimas en los ojos, prosiguió:
    -Nos mandan dejar nuestro hábito y vestir el castellano. Se visten entre ellos, los tudescos [alemanes] de una manera, los franceses de otra, los griegos de otra, los frailes de otra, los mozos de otra, y de otra los viejos; cada nación, cada profesión y cada estado usa su manera de vestido, y todos son cristianos; y nosotros moros, porque vestimos a la morisca, como si tuviéramos la ley en el vestido, y no en el corazón.
    El Negro Farax asiente contrariado:
    -Nos quitan el servicio de los esclavos negros; los blancos no nos eran permitidos por ser de nuestra nación; los habíamos comprado, criado, mantenido... ¿Qué harán los que no tuvieren hijos que los sirvan, ni hacienda con que mantener criados si enferman, si se inhabilitan, si envejecen, sino prevenir la muerte? Van nuestras mujeres, nuestras hijas, tapadas las caras, ellas mismas a servirse y proveerse de lo necesario a sus casas; les mandan descubrir los rostros, si son vistas, serán codiciadas y aun requeridas.
   La reunión continuó de manera acalorada, donde cada morisco explicó su parecer, llegando finalmente a la decisión de fijar la fecha de la noche de Navidad para proceder a la rebelión, ya que los cristianos, como indicó el Zaguer:
    -La gente de todos los pueblos está en las iglesias, solas las casas, y las personas ocupadas en oraciones y sacrificios; cuando descuidados, desarmados, torpes con el frío, suspensos con la devoción.
    Se acordó comenzar por alzar el Albaicín y no advertir a los de la Alpujarra hasta el día que se hubiese de hacer el hecho, ya que estos como gente rústica que eran, no guardarían el secreto. Los mancebos y gandules moriscos una vez rebelado el Albaicín y matado a los cristianos viejos, escalarían y tomarían la Alhambra, y los demás lugares se levantarían al tener conquistados tan grandes lugares. Así quedó el acuerdo, secundado por los cabecillas de la revuelta, designando a Farax Abén Farax, el Tagari, Mofarrix, Alatar y Salas como capitanes de la toma del Albaicín.

    Farax escribió una carta a los lugares sobre la rebelión donde daba indicaciones: “Ya sabéis por nuestros pronósticos y juicios lo que Dios nos ha prometido; la hora de nuestra conquista es llegada para ensalzar en libertad la ley de la unidad de Dios, y destruir la del acompañamiento de los dioses, porque con la ayuda y favor de Dios estéis todos prevenidos y a punto de guerra para venir a Granada a dar en estos descreídos el día señalado”. (Farax firmaba como gobernador de los moros y siervo de Dios altísimo).

    Pero no contaban con la codicia de los moriscos de la Alpujarra, que el día 23 de diciembre, dos días antes de la fecha acordada, comandados por el Partal de Narila y Lope el Seniz de Bérchules atacan y asesinan a cristianos viejos en Poqueira y Ferreira, pueblos de la Alpujarra, extendiéndose la rebelión rápidamente por las tahas alpujarreñas.

    El viernes día 25, fiesta del nacimiento de Jesús, se celebró con solemnidad en Granada, con más gente de armas de lo acostumbrado rondando las calles, ya que la presencia de moriscos forasteros en la capital no presagiaba nada bueno. El sábado 26 llegaron las noticias de la rebelión de las Alpujarras, pero el presidente de la Chancillería y el marqués de Mondéjar no le hicieron demasiado caso.
    Solo entre las filas moriscas del Albaicín lamentaron que los monfís se adelantaran y no hubiesen esperado a que este se levantara, como estaba acordado.

    Farax, apercibido de lo ocurrido en Granada, tomó a sus capitanes monfís el Nacoz y Gonzalo el Seniz, partiendo hacia la vega granadina a reclutar a los bandoleros que pudieron. Se reclutó un ejército de seis mil hombres entre los monfís y los exaltados de las Alpujarras, pero cayó tanta nieve en Sierra Nevada que hizo imposible el camino por pasos y veredas; solo Farax con ciento cincuenta hombres consiguió cruzar la sierra y situarse a la entrada del Albaicín. Intentaron levantar al pueblo haciéndole promesas de la venida de apoyo de Argel y Fez, y de la llegada de armas; pero fue en vano. Los moriscos del Albaicín se atemorizaron y, temiendo la venganza del rey católico, no secundaron la revuelta. Mientras, el Tagarí y Mofarrix esperaban al Negro para entrar en la Alhambra.
Incluso algún anciano, asomándose a la ventana, les preguntó:
    -¿Cuántos sois?
    -Ciento cincuenta -Farax le contestó.
A lo que el viejo respondió:
    -Pocos sois y venís presto.
Farax, enfadado, comenzó a quejarse de los albaicineros, diciendo:
    -¿Cómo me habéis hecho perder mi casa, mi familia y mi hacienda, y darme a las sierras con los perdidos, por solo poner la nación en libertad; y ahora, que veis el negocio comenzado, los que más habíais de favorecernos y ayudarnos os salís afuera, como si nos quedase otra manera de remedio, o esperásemos alcanzar perdón en algún tiempo de nuestras culpas? Deberíais haberme avisado antes de ahora, y pues así yo haré que el Albaicín se levante o perezcáis todos los que estáis en él.
Viendo Farax que no acudía nadie y que las campanas de San Salvador tocaban a arrebato, se subió a una ladera alta diciéndoles:
    -Perros, cornudos, cobardes, habéis engañado a las gentes y no queréis cumplir lo prometido.

    Don Hernando de Córdoba y Válor era un morisco descendiente de la familia de los Omeyas, caballero veinticuatro de la ciudad de Granada, pero caído en deshonra al haber metido una daga en el cabildo de esta ciudad, siendo arrestado por este hecho en su casa. Vendió casa y veinticuatría, y temiendo que se le embargara lo recibido, huyó el 23 de diciembre a Béznar, a casa de un pariente valorí.
    Estando en casa del pariente, el domingo 28 se reunió la extensa familia valorí y otros moros rebelados, y viendo que la tierra se había alzado y no tenían rey a quien obedecer, acordaron por unanimidad elegir a don Hernando de Córdoba y Válor por ser de linaje de reyes. Le vistieron de púrpura y le pusieron al cuello y espalda una insignia colorada a manera de faja; tendiendo cuatro banderas en el suelo, rememorando a las cuatro partes del mundo, Hernando hizo su oración inclinándose sobre las banderas, el rostro al oriente, y juró morir en su ley y en el reino.

    El lunes llegó a Béznar Farax Abén Farax con sus dos banderas, acompañado de los monfís que le habían acompañado en el Albaicín, tañendo sus instrumentos y haciendo gran algazara de placer, como si hubiera ganado una gran victoria. Al enterarse que en el lugar estaba Hernando de Válor y que había sido nombrado rey, se alteró diciendo:
    -¿Cómo puede ser que habiendo sido yo nombrado rey por los del Albaicín, que era la cabeza, eligiesen los de Béznar a otro? -y prosiguió con toda su furia-: Disputaremos con las armas ser la cabeza de los moros rebelados. ¿Qué tiene él que no tenga yo? Soy del noble linaje de los Abencerrajes y he sido el autor de la libertad. ¡He de ser rey y gobernador de los moros!
    Viendo que el problema podía llegar a las armas, mediaron los valoríes y los moriscos reunidos, llegando al consenso de que Hernando de Válor sería el rey y Farax Abén Farax su alguacil mayor. Farax levantó el pie y, en señal de obediencia, se postró en nombre de todos besando la tierra donde el nuevo rey tenía la planta. Finalmente, levantaron al rey en alto, diciendo:
    -Dios ensalce a Muhammad Abén Humeya, rey de Granada y de Córdoba -tal y como era la antigua ceremonia.
En este acto también se nombró a Abén Jahuar el Zaguer como capitán general.

    Nada más terminar el acto, el rey envió a Farax a recoger toda la plata, oro y joyas que los moros habían tomado de iglesias y particulares para comprar armas en Berbería. Farax acató la orden partiendo con trescientos monfís, fue levantando lugares y matando a todos los clérigos y legos mayores de diez años de manera cruel y despiadada. De esta manera se levantaron las tahas de Órgiva, Poqueira, Ferreira, Juviles, Ceheles, Ugíjar, Adra, Berja, Andarax, Dalías, Lúchar, Marchena, Alboloduy, Salobreña, y parte de la de Almería y de Guadix.

    El río Almanzora hasta ahora quedaba lejos de las revueltas, pero una vez tomada Gérgal, el Gorri envió a dar aviso a los lugares del río para que hiciesen lo mismo. Pero la astucia de Diego Ramírez, alcaide de Armuña, engañando a los espías moriscos haciéndoles creer que venía el marqués de los Vélez con quince mil hombres, hizo que los moros volvieran a las Alpujarras.
    
    Pero el de Armuña, aun con engaño, no iba muy desencaminado, ya que don Luis Fajardo de la Cueva, II marqués de los Vélez, sale el 4 de enero de 1569 de Vélez Blanco para iniciar su primera campaña contra los moriscos rebelados en la Alpujarra. Tras el paso del marqués por el señorío de Gérgal el 6 de enero, el hasta entonces gobernador Francisco Portocarrero, que había alzado a los moriscos de Gérgal contra don Alonso de Cárdenas, conde de la Puebla, huyó a las Alpujarras.
    Alejadas las huestes velezanas en Tabernas, el rey morisco Abén Humeya convocó una reunión en la fortaleza de Marchena el día 10, para discernir el devenir de las próximas acciones bélicas. En esta se reunieron los mejores generales junto al rey morisco: Diego Pérez el Gorri de Marchena, Hernando el Gorri de Lúchar, Portocarrero y su hijo el Peleguí de Gérgal, el Ramí de Instinción, el alguacil mayor del reino Farax Abén Farax, junto a sus lugartenientes, el Partal y el Seniz; el Tahalí, y otros capitanes de la zona.
   La reunión comenzó con las escusas de Francisco Portocarrero por haber abandonado Gérgal el pasado día 6:
    -Señor -indica a Abén Humeya-, las tropas del marqués eran superiores a las nuestras, contaba el velezano con tres mil infantes y cuatrocientos de a caballo; por tanto, no tuvimos más remedio que abandonar Gérgal y retirarnos a Huécija.
Abén Humeya le escuchó manteniendo la mirada perdida, declinó la excusa de Portocarrero y, mirándole fijamente a los ojos, le indicó:
    -Espero que tus guerreros sean más eficientes en la defensa de Huécija que en la de Gérgal. Habéis huido como cobardes, dejando a don Luis abiertas las puertas de la taha de Marchena.
    -Majestad, no volverá a ocurrir, dejaremos la piel en su defensa -acierta a decir Portocarrero, continuando con los nervios a flor de piel-. Espero que nos envíe refuerzos desde el Andarax.
Humeya no se dignó a contestar, su descontento con el gergaleño era evidente y, mirando al resto de los generales, se dispuso a comenzar la reunión que les había llevado hasta Marchena.
    -Hemos sabido que el marqués de Mondéjar ha salido para la Alpujarra y el de Vélez se encuentra en Tabernas -afirmó Humeya-. No creo que tengamos suficientes sublevados para hacerles frente, apenas contamos con cuatro mil hombres. Por tanto, propongo negociar la paz con los cristianos y permanecer en las Alpujarras hasta tener el número suficiente de hermanos musulmanes para arrebatar nuestra tierra a los herejes cristianos.
Los generales alzaron la voz en protesta, sobre todo Farax Abén Farax. El monfí, con los ojos en cólera, contestó airado:
    -Señor, no hemos llegado hasta aquí para rendirnos a la primera acción de ataque castellano, debemos luchar y derramar hasta la última gota de nuestra sangre. ¡Alá nos protegerá!
Farax estaba molesto con Humeya ya que había sido apartado por el rey al fuerte de Güechar una vez ocurrida su derrota en la elección de sucesión y los sangrientos hechos de Lanjarón. A la de Farax se unieron las protestas de los generales más belicosos como el Gorri de Andarax:
  -Majestad, les esperaremos en Huécija y, tras la victoria, echaremos a los marqueses de nuestras tierras.
Lo secundó Jerónimo el Maleh, que atestiguó:
    -Hemos podido saber por nuestros espías que don Juan Enríquez, contradiciendo las órdenes de su propio hermano Enrique, se ha incorporado a las huestes del de Vélez en Olula con cien hombres de Baza, desabasteciendo el presidio de Caniles. Así que Baza, entre la enfermedad de su gobernador y la salida de don Juan, ha reducido sus fuerzas.
    El de Válor, viendo que la mayoría de sus generales eran partidarios de continuar la rebelión, aceptó de mala gana, sabedor de las próximas derrotas. Instruyó a sus generales en mantener la férrea defensa de las Alpujarras en Huécija y comenzar la sublevación en la cuenca del Almanzora.

   El presentimiento del Omeya fue acertado puesto que, aun con la llegada de las tropas de el Gorri, Portocarrero tuvo que huir de Huécija tras el avance de las tropas velezanas: unos hacia el interior de las Alpujarras y otros a Félix. Al mismo tiempo, en el marquesado del Cenete las milicias de Guadix recuperaban la fortaleza de la Calahorra.
    
   El día 19 el de Vélez llegó a Félix, donde le esperaban las tropas moriscas al mando de el Gorri, Portocarrero, el Tezi y el Futey; pero el uso de la caballería haría que los rebeldes se dispersaran por las ramblas, hacia el mar y por la población, donde se produjo la total derrota morisca, concluida con la masacre de la villa. Sin embargo, al marqués le surgieron varios problemas: primero el pillaje y la deserción de la tropa, y el más importante, la falta de avituallamiento para los soldados. No obstante, la llegada de refuerzos cristianos afianzó la moral de don Luis, tomando Canjáyar y derrotando al capitán Tahalí en Ohanes el primero de febrero. Pero de nuevo las deserciones masivas hicieron que el marqués cesara en proseguir la guerra, decidiendo bajar a Terque donde se podía proveer mejor.
    
    En el Almanzora, a los moriscos no les fue mucho mejor. Tras la partida del marqués de los Vélez, Jerónimo el Maleh, siguiendo el acuerdo de Marchena, con las fuerzas sublevadas del valle a finales de enero ataca Serón, pero esta resistió merced al apoyo recibido de Baza. Tras el fracaso, el Maleh se dirigió hacia Oria, la ataca, pero también es liberada por la llegada de tropas de la Casa de Alba en Huéscar. Ante estos dos tropiezos, el Maleh decidió abandonar el levantamiento morisco del Almanzora para fechas posteriores.

    A finales de enero de 1569, con el marqués retenido en Terque y las negociaciones de paz del marqués de Mondéjar, se pacificó la situación, aumentada con la llegada de don Juan de Austria en marzo como nuevo capitán general del reino, quien también mantenía tesis pacifistas.

   El tiempo de paz fue aprovechado por Abén Humeya para reforzarse, comenzando a finales de abril un nuevo levantamiento más extenso que el anterior, esta vez con un doble frente por Málaga.        
    
  En la última semana de mayo, el rey morisco reunió a su consejo de guerra en Válor: su tío Hernando de Córdoba el Zaguer y los generales Miguel el Dalay, Maxaraf y Hernando el Habaquí. En ella se decidió atacar al de Vélez en Berja, derrotándole y así tener un buen argumento para levantar las tierras del Almanzora.
  Pero no comienza bien el segundo levantamiento morisco, ya que el marqués de los Vélez les vence en la batalla de Berja una vez recibidos nuevos hombres de Lorca y del marqués de Villena. En esta, el contingente de moriscos es comandado por el propio rey y sus mejores generales: el Derri, el Habaquí, Abonvayle, el Zaguer, el Maleh, Abén Mequenum y Juan Gironcillo. Comenzó el asalto en la madrugada del 2 de junio de 1569, después de una cruenta contienda en las calles, la caballería y la infantería velezana consiguieron derrotar al ejército rebelde, siendo considerada esta batalla de las más encarnizadas de la rebelión.

   Abén Humeya había iniciado a principios de junio una ofensiva sobre la frontera de Guadix, desde donde se abastecía al Fajardo. Cuando este salía de Berja hacia el litoral en Adra, desde la ciudad accitana se envió un cargamento de armas y pólvora a Fiñana, para enviarse posteriormente al marqués; pero no llegó a su destino, ya que los moriscos lo interceptaron en esta localidad.

    En Fiñana el rey morisco convocó una nueva reunión de sus generales el Gorri de Andarax, el Peliguí de Gérgal, Jerónimo el Maleh y los monfís de Farax Abén Farax. Este, después de la masacre de Lanjarón, había perdido el favor del rey, lo consideraba demasiado sanguinario, por tanto intentó por todos los medios alejarlo de la Alpujarra: lo envió primero a Güechar y después al frente almanzorí a las ordenes de el Maleh.
    -Como bien sabéis -comenzó diciendo el de Válor-, tras la derrota de Berja y el traslado del maldito marqués don Luis a Adra, y contando con que las escasas fuerzas granadinas del enfermizo Enrique Enríquez, gobernador de la frontera de Baza, no presten ayuda a los pobres moriscos del Almanzora, debemos comenzar por tomar por la fuerza los lugares de la sierra de los Filabres.
El reyezuelo morisco continuó con su comentario, añadiendo:
    -Tenemos la voluntad de Alá con nosotros, el momento es propicio para atacar el Almanzora. ¡No dejaremos piedra sobre piedra de sus fortalezas!
Los generales vitorearon la valentía de su rey, a lo que el Gorri contestó:
  -Pero ¿cuál será la primera fortaleza que atacaremos? Lógicamente debemos comenzar por las de los Filabres hasta llegar al valle; pero una vez allí, ¿cuál será la siguiente? Creo que deberíamos atacar primero las fortalezas del marqués de los Vélez, es decir Cantoria y Oria. Seguro que contaremos con el apoyo de los moriscos de ambos lugares.
No parece que la propuesta fuera muy bien aceptada por sus compañeros, y mucho menos por Abén Humeya, que ordenó:
   -¡No! Primero debemos atacar Serón para prevenir cualquier intento de llegada de ayuda desde Baza, no podemos dejarnos ninguna fortaleza a nuestra retaguardia. ¡Comenzaremos por Serón, lo antes posible!
Cuando el rey morisco iba a dar por finalizada la asamblea, el capitán Farax Abén Farax, con voz firme, preguntó a los presentes:
   -¿Qué trato debemos dar a los moriscos que encontremos en las poblaciones? ¿Los consideramos como hermanos musulmanes o como enemigos?
Humeya contestó a la consulta de Farax de manera enérgica:
  -¡Consideraremos como hermanos a los que nos apoyen! ¡Como enemigos a los que nos consideren como adversarios! Y os digo a todos, y sobre todo a ti, Negro, que no permitiré barbaries como las de Lanjarón.
Farax maldijo para sus adentros al reyezuelo Humeya, pensando que si le hubieran elegido a él en lugar de al Omeya, la revuelta morisca habría terminado antes y no hubiera habido tanto derramamiento de sangre musulmana, solo cristiana. “¿Qué tendría un Omeya que no tuviera un Abencerraje?”.
Farax bajó la cabeza asintiendo:
    -¡Lo que ordene su majestad!
    La asamblea terminó con el acuerdo de atacar Serón cuando las tropas estuvieran preparadas, y continuar río Almanzora abajo hasta encontrar una salida al mar en espera de la ayuda del norte de África, diezmadas por las continuas derrotas de las Alpujarras y el Andarax.

    El día 10 de junio de 1569, como había ordenado su rey, parten de Gérgal las tropas alpujarreñas comandadas por el Gorri de Andarax, el Peliguí de Gérgal y el Maleh del Almanzora con dos mil alpujarreños para levantar la sierra de los Filabres; alzan primero Bacares y desde esta dividen sus fuerzas en dos flancos, levantando Sierro y Suflí por un lado, y Tahal, Laroya y Macael por otro. El ejército granadino se reuniría de nuevo bajo un cielo tachonado de estrellas la noche del día 11 en las inmediaciones de Purchena. Al amanecer del día siguiente las milicias alpujarreñas, a las que se le habían unido seguidores locales, toman la villa purchenera, obligando a sus correligionarios a secundar el alzamiento. No obstante, algunos moriscos principales se opusieron, escapando a las fortalezas cercanas del marqués de los Vélez de Oria y Cantoria.

    Al atardecer del día 12, los generales se reunieron en la recién tomada Purchena para planear las siguientes acciones e intentar convencer a los moriscos de las fortalezas cercanas a unirse a la rebelión.
    
   Una vez tomada Purchena, que sería establecida como cuartel general, los rebeldes se encaminaron hacia la fortaleza de Serón, punto fuerte que cerraba el paso al altiplano granadino. Tras sublevar a los moriscos, se comenzó el asedio del castillo, que resistió estoicamente el envite morisco durante quince días. Ante el rumor de llegada de refuerzos cristianos desde Baza, el Maleh decidió retirarse hacia Purchena, Tíjola y Bacares.
    
    La mañana del 17 de junio, el capitán general morisco del Almanzora decidió tomar Cantoria. Estos ya preparados pidieron ayuda a Oria. La feroz defensa cristiana consiguió que El Maleh, tras varias conversaciones, solo consiguiera sacar a las esclavas moriscas alpujarreñas de la fortaleza.
    
    El capitán de la fortaleza de Oria, don Luis Fajardo y Chacón, hijo bastardo del marqués, tras organizar la defensa de Oria, se decide a ayudar a Cantoria. Llega la noche del 17 a esta, pero espera infructuosamente el ataque morisco el día 18, ocupado en sublevar las villas río abajo. Esta era una maniobra de distracción de El Maleh, ya que su intención final era atacar la villa de Oria, pero no contaba con el regreso la noche del 18 de don Luis a su fortaleza. La fuerte resistencia con artillería y el socorro de Huéscar y Lorca obligó al morisco a desistir y volver a Purchena, en espera de nuevos refuerzos.
    Los moriscos, una vez desestimado el ataque a Cantoria, bajan río abajo a alzar las villas. Durante los días 18 y 19 de junio toman por la fuerza Partaloa, Albox, Arboleas y Zurgena, “sin dejar piedra ni casa”, llevándose a los moriscos de estos lugares.

    De nuevo El Maleh intenta tomar Serón a finales de junio con otro sitio pero, igual que en el anterior asedio, el rumor de la llegada de tropas, ahora jienenses, obligó a retirarse a las tropas moriscas el 9 de julio.
    
    Tras el fracaso de el Maleh, el propio Abén Humeya decidió iniciar un nuevo ataque a Serón el día siguiente, 10 de julio. Con cinco mil moriscos concentrados en la sierra de Bacares, comenzó el asalto de la fortaleza. Los cristianos, sabedores de la entrega de los quince lugares del señorío de los Enríquez en la sierra de los Filabres con Tahal al frente, y que también se habían alzado Sorbas y Lubrín, resistieron todo lo que pudieron, pero la descoordinación de las tropas cristianas de don Juan de Austria y el marqués de los Vélez, y la victoria de El Mecede sobre los refuerzos de Baza, propiciaron la rendición del castillo de Serón el día 16 de julio, y el posterior ensañamiento contra el clero de la villa.
    
    Una vez tomada la fortaleza de Serón, todas las miradas se centraron en las villas del marqués en el Almanzora: Cantoria y Oria. La primera medida de estas fue pedir ayuda a Vélez Rubio, Vera y Lorca, pero ninguna acudió a su llamada, la capital del señorío y Lorca por no tener suficientes hombres, y Vera por estar ella misma en alerta. Así que decidieron desalojar Cantoria, que era la más desguarnecida, ocasión aprovechada por los moriscos para hacerse con ella.
    Pero contra todo pronóstico, el ejército morisco no se dirigió a Oria, sino que volvieron a parar la ofensiva contra el marqués y encaminaron su insurrección río abajo, ocupando en ese mismo tiempo Zurgena, que había quedado despoblada. Abén Humeya, necesitando un lugar de contención y presidio frente a las tropas que podían llegar de Vera o Lorca, dejó a Farax con sus monfís en defensa de la retaguardia del Almanzora en Zurgena, y de paso los alejó de las conquistas futuras, sabiendo su carácter sanguinario.
    A Abén Farax no le sentó muy bien que lo dejaran en un lugar tan distante de la rebelión, y así se lo hizo saber a su rey:
   -Señor, no es buena medida alejar a los valerosos monfís de la toma de Oria, somos los más apropiados para mantener el cerco y atacar con escalas a los malditos vasallos del marquesito.
Pero el de Válor, cansado de las impertinencias del monfí, reteniéndose en su verdadero pensar, le indicó:
    -Os necesitamos en la retaguardia para no ser sorprendidos por los lorquinos. De Oria y sus gentes ya nos ocuparemos el Maleh y yo.

    Abén Humeya no tardó en dirigirse a Oria, así el 24 de julio tres mil rebeldes alzan a los moriscos de la villa y sitian la fortaleza, dentro de la pretensión del reyezuelo de lanzar una ofensiva en el norte con una acción en tenaza contra Caniles y Oria. De nuevo llegaron tropas de Huéscar y Lorca en auxilio de Oria, lo que impidió que el cerco fuera demasiado largo, obligando a los musulmanes a retirarse el día 28 y desestimasen el fin último de asaltar Vélez Rubio.

  Desde el intento de la toma de Oria, los moriscos pusieron tregua a sus pretensiones, sobre todo para recoger sus cosechas y poder abastecer a su ejército.

  La ocupación estratégica de Zurgena permitió a su alcaide Farax el Negro desplegar durante todo el verano un amplio plan de desestabilización de la zona. Desde la alcazaba zurgenera partía el Negro y sus cien monfís a instigar los campos de Lorca, matando y haciendo cautivos por campos y caminos, hasta tal punto que desde Lorca a Vera y viceversa no se podía viajar sin escolta.
    Un día, los monfís atacaron a unos pastores en el Esparragal junto a la rambla de Nogalte. La alerta dada por un pastor joven a los lorquinos hizo que estos enviaran a treinta caballeros y sesenta peones persiguiéndoles hasta el olivar de Overa, donde les quitaron las reses, huyendo los moros hasta Zurgena. Los de Lorca no les persiguieron por no entrar en tierra enemiga y correr más peligro.
    Cuando el Negro llegó a la fortaleza de Zurgena, venía con el caballo exhausto y muy disgustado con sus monfís.
    -¿Qué le habrá pasado a nuestro vigía Juan Calderón para no advertir la llegada de los lorquinos? Le puede dar gracias a que fue el primero en morir en el campo de Huércal, si no lo hubiéramos destripado en el pago de Calafa antes de llegar a Zurgena -comentaba Farax a su lugarteniente Miguel el Palacesí-. Hemos perdido diez hombres, doce caballos y todas las reses del Puerto… ¡Menudo desastre! Pero esto no quedará así -vociferó el Negro-: vengaremos a nuestros paisanos derramando toda la sangre cristiana posible y los dejaremos sin cosecha.
Los monfís, aún sin fuerzas por la carrera, celebraron las palabras de su jefe, dejando clara su intención:
  -¡Malditos lorquinos! Quemaremos todo el campo desde Xiquena a Terreros Blancos. ¡No dejaremos ningún cristiano viejo sin degollar!

    En respuesta, Farax atravesó el campo de Huércal y llegó al caserío de el Puerto de Lorca, donde incendió las mieses de trigo y cebada, matando a muchos cristianos viejos que dormían en las parvas de las eras; y más tarde, tomando la rambla de Guazamara abajo, llegaron a la Fuente de Pulpí, donde permanecieron varios días asaltando a los mercaderes de la ciudad de Lorca que iban a la de Vera por el Camino Real y a los de Vera que iban a Lorca, siendo robados, asesinados o cautivados, para después venderlos en Argel. Farax, durante este tiempo, pasó a esta ciudad del norte de África dos o tres veces para vender ganado y cautivos, y traer armas a cambio.

    Por tanto, aniquilar el presidio de Zurgena fue una medida fomentada por Lorca y Vera, así que prepararon vigías y atalayas para la emboscada a los monfís. El 23 de septiembre los guardas detectaron una nueva correría morisca por la Fuente de Pulpí, Lorca envió ochenta soldados que se escondieron en el lugar de Tarax, mientras treinta de ellos marcharon hasta Pozo de la Higuera para atraer a los moriscos. Cuando los monfís trataron de cercar a los soldados, salieron los emboscados y forzaron a los asaltantes a refugiarse en una cueva del Cabezo del Moro, donde les rodearon. Vera también envió otros ochenta peones y treinta caballos que llegaron al cerco. Pero los monfís no se dejaron amedrentar, así que los cristianos, para hacerles salir, prendieron fuego a la maleza de atochar y romeral abrasando a la mayoría de los moriscos; pero Farax pudo huir saltando por las llamas y salvarse de los de a caballo que le perseguían escondiéndose en los acebuchales de la rambla de Guazamara.

    Después del intento de tomar Oria el 25 de julio de 1569, los moriscos hicieron una tregua para abastecerse y comenzar a preparar, con la ayuda del rey de Fez, la llegada de socorro musulmán, pero para ello necesitaban una salida al mar donde poder desembarcar el apoyo del norte de África. Abén Humeya decide que lo primordial de la operación es la toma de Vera, plaza fuerte que le impedía su acceso al mar. Así, bajando por el Almanzora con sus caudillos Ben-Hari de Portilla, Abenaix de Cantoria, el Maleh de Purchena, Abenzaide de Serón, Abu Efam de Somontín, Portocarrero de Gérgal, el Habaquí, Caracax y otros, el 24 de septiembre, pasando por Zurgena, Palacés y la Ballabona, se situó el ejército morisco a la vista de Vera, poniéndola en cerco el día 25; pero la llegada de tropas cuevanas y lorquinas desbarató el cerco, haciendo que Abén Humeya se retirara a Purchena.
    El rey Humeya, después de la derrota de Vera, se retiró a Laujar de Andarax, intentó negociar la paz con Granada, pero fue asesinado por su primo Abén Abóo.

    Farax, medio abrasado, había huido desde la rambla de Guazamara hasta llegar a la fortaleza de Purchena, donde curó sus heridas junto a su amigo el Maleh. Más tarde, con el odio retenido, pasó a Argel fijando en ella su domicilio, compró un gran galeote y, acompañado de algunos renegados, volvió formando parte de los corsarios que atacaron las costas almerienses…

Farax aparecería posteriormente en varios romances recogidos por los cronistas de la época, como Pérez de Hita:
"En esto, el fuerte Farax / Negro capitán de fama, / con muy gallarda osadía / hizo dos grandes entradas / en esos campos de Lorca, / con las cuales cobró fama".

Nota: Esta es una recreación histórica del famoso monfí Farax Abén Farax, que terminó siendo capitán del presidio de Zurgena, basada en la documentación de Luis de Mármol y Carvajal: “Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada”; Diego Hurtado de Mendoza: “Guerra de Granada hecha por el rey de España don Felipe II contra los moriscos de aquel reino, sus rebeldes”; Ginés Pérez de Hita: “Guerras civiles de Granada”; y la extensa bibliografía del mayor conocedor de la historia morisca en Almería, Valeriano Sánchez Ramos. Siempre con las licencias propias de un relato.


Este relato, junto a otros de varios autores palaceros, aparecen en el libro "Letras de Palacés. Narrativa 1" editado en 2024 por los autores en la editorial Arráez. Páginas 175 a 191.

                        (C) ANDRÉS SÁNCHEZ DOMÍNGUEZ 2024